Punto de Encuentro

EE.UU. constata «señales iniciales» de interferencia rusa en las presidenciales de México

La Casa Blanca dice que, tras Cataluña, ahora la actividad cibernética se dirige a las elecciones que puede ganar el izquierdista López Obrador.

Aún quedan seis meses para las elecciones presidenciales mexicanas del 1 de julio, pero Estados Unidos asegura haber apreciado ya «señales iniciales» de la injerencia de Rusia en la larga campaña electoral que vive el país. Cabe suponer que al Kremlin le podría convenir una victoria de Andrés Manuel López Obrador (conocido por sus iniciales, AMLO), el líder izquierdista de marcado tono antiestadounidense al que las encuestas de momento favorecen.

Si a Vladimir Putin le interesa incordiar a EE.UU., algo que forma parte del juego geopolítico, lo más lógico es que después de haber interferido en las elecciones a la Casa Blanca de hace poco más de un año, ahora quiera crearle problemas a Washington en el país de cuya estabilidad, por compartir una extensa frontera, tanto dependen la seguridad y la economía estadounidenses.

La alerta la ha lanzado el consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., el general Herbert R. McMaster. En un acto sobre seguridad internacional celebrado a mediados de diciembre en Washington, McMaster expresó su preocupación por las tácticas de «subversión, desinformación y propaganda» que está desarrollando Rusia a través del uso de «ciber herramientas».

El jefe del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca citó el último caso en el que, según aseguró, ha habido injerencia rusa: la oscura proliferación de mensajes en las redes sociales en torno al referéndum no autorizado sobre la independencia de Cataluña, llegado a cabo el pasado 1 de octubre.

«En Europa, esto lo hemos detectado más recientemente en el referéndum independentista de Cataluña, por ejemplo. Y de hecho, ya hemos visto señales iniciales en la campaña presidencial mexicana», dijo McMaster.

El propósito de ese manejo de «ciber herramientas» constituye, según el general, «un esfuerzo muy sofisticado para polarizar sociedades democráticas, poner en contra a las comunidades dentro de ellas crear una crisis de confianza y así minar nuestra fuerza».

Conexión venezolana

La denunciada operación en Cataluña pudo ser un ensayo de agentes que ahora podrían volcarse en la campaña de México, pues se desarrolló en español y ese tráfico generado desde Rusia contó con el apoyo, como sugirieron las autoridades españolas, desde algún servidor de Venezuela.

Dada la histórica relación entre el chavismo y el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), de López Obrador, cabría esperar que en esta ocasión también se produjera la colaboración de operadores venezolanos. De hecho, la puesta en marcha por parte del Gobierno de Nicolás Maduro de una maquinaria de hackers y trolls con objetivos políticos ya ha sido documentada.

Fuentes que han estado en contacto con los servicios secretos mexicanos han constatado las sospechas de estos de que Rusia puede estar organizando algún operativo, incluso con personal desplazado expresamente a México. La participación de venezolanos como apoyo de la operación entraría dentro de ese diseño.

La propia RT, la televisión internacional rusa financiada con fondos públicos –muy activa en las redes sociales, al igual que otro medio afín, Sputnik News (con su versión en español Sputnik Mundo)– ya advirtió hace unos meses que se multiplicarían las informaciones sobre injerencias de Moscú en la campaña de las presidenciales de México.

RT en Español publicó el pasado noviembre en su cuenta de Twitter un vídeo titulado: «México: Aún faltan ocho meses y ya hackeamos las elecciones». El mensaje del tuit decía: «Paranoia preventiva: algunos medios mexicanos ya nos acusan de interferencia en las presidenciales... del 2018...» El medio ruso calificaba de preventiva la información que había comenzado a aparecer, pero tan preventiva podía ser la propia denuncia que realizaba RT.

Por qué AMLO beneficiaría a Putin

Una victoria de López Obrador probablemente complicaría las relaciones con Estados Unidos. Sin duda que las relaciones ya las ha complicado Donald Trump desde Washington, pero esta vez los problemas se los crearía México a EE.UU. y no al revés. No es osado pensar que eso encajaría perfectamente en la agenda de Putin.

AMLO ha sido especialmente exigente en relación a la renegociación en curso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, reclamando que esta no comenzara hasta después de las elecciones mexicanas, ya que de ser elegido presidente podría defender ciertas posiciones maximalistas. Si el TLCAN se rompe, sea quien sea el culpable, la economía de México y de EE.UU., especialmente de sus estados fronterizos, se verá afectada.

La promesa del candidato de Morena de conceder amnistía a los capos del narcotráfico preocupa enormemente a Washington. Lejos de conducir al fin de la violencia, como dice López Obrador, podría otorgar aún mayor impunidad a las redes de los carteles, como critican sus opositores. El vecino país está especialmente alerta por el incremento del cultivo de opio en México, que ha contribuido a la grave crisis de muertes por opiáceos en EE.UU.

El riesgo de pérdida de estándares democráticos e institucionales con el triunfo electoral del populismo de corte bolivariano que representa López Obrador es señalado por sus oponentes del oficialismo (PRI), la derecha (PAN) y la izquierda moderada (PRD) como posible germen de confrontación social y desestabilización política. Eso desde luego no ayudaría al propio país, sostienen, pero tampoco al vecino.

(Fuente www.abc.es)

 

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