Punto de Encuentro

A más de 100 días desde que se declaró la pandemia en Latinoamérica.

Han pasado más de 100 días desde que se declaró la llegada del virus COVID-19 y la necesidad de un confinamiento en Latinoamérica. En algunos países hay multas, en otros se decretó toque de queda, en otros más, ley seca, o hasta lisa y llanamente sólo la recomendación de quedarse en casa.

Todo lo anterior, con el firme objetivo de evitar que se propague el virus.  Sin embargo, a lo largo de estos meses hemos visto el incremento de casos de contagios, el abarrotamiento de hospitales, clínicas y, tristemente, el acrecentamiento desmedido de los fallecidos. Ningún país en Latinoamérica ha demostrado tener un manejo eficaz de esta crisis.

Lo único que ha persistido en todos los países es el aumento de la pobreza, la falta de planes sociales sostenibles y de medidas paliativas económicas. El establecer un confinamiento de la población de cualquier pais debe ir de la mano de una estrategia económica que intente, aunque no sea posible, sostener de la mejor manera posible a su población.

Es decir, un confinamiento obligatorio por más de 3 meses, como en Perú, se traduce en la pérdida de empleos y el cierre de empresas que no tienen ninguna oportunidad de generar ingresos. El cierre temporal de negocios, tales como restaurantes, cafeterías, hoteles, entre otros, tiene como consecuencia natural la pérdida de empleos. Los países latinoamericanos están conformados en su mayoría por pequeñas y medianas empresas, que subsisten de lo que se comercializa o vende día a día.

En otros países más relajados como México, en donde no se impusieron multas ni consecuencia alguna para aquellos que no respetaran el confinamiento; se tradujo en que los índices de asaltos y los delitos relacionados con homicidio, feminicidio y secuestro se han elevado.

Lo que es claro alrededor de los países latinoamericanos, es el aumento de la violencia intrafamiliar. Esto es algo muy preocupante, pues la gente no estaba acostumbrada a convivir tanto tiempo con sus familias o parejas.

Los gobiernos impusieron medidas sinsentido con el único objetivo de disminuir la curva de contagio, sin tomar en cuenta, que los seres humanos son sociales por naturaleza y que el encierro obligatorio de manera total conllevaría a consecuencias diferentes de morir por causa del COVID-19 pero que afectarán con el paso del tiempo de la misma manera los servicios de salud de cada país.

Lo más triste hoy por hoy, es la falta de acción de los Gobiernos de los países, que están viendo de primera mano como el grueso de la población; que vive al día, que no tienen ahorros, que viven en lugares demasiado pequeños, la mayoría sin acceso a agua, drenaje, luz; va en aumento y no pretenden encontrar una solución.

Los Gobiernos siguen estancados en la idea sin fundamento que lo primordial es reducir la curva de contagio, cuando en realidad han pasado más de 100 días y no hay ningún país que demuestre con cifras un panorama esperanzador, un panorama donde se proyecte una mejoría, irónicamente, las sociedades latinoamericanas proyectan una caída en salarios, en empleos, aumento de inseguridad, mayores violaciones de derechos humanos, todas situaciones y hechos que vemos todos los días y que -siendo honestos- no parece mejorarán en el próximo semestre.

Todo lo dicho, se traduce como un crecimiento exponencial de la pobreza extrema en toda Latinoamérica, en otras palabras, la gente no morirá de COVID-19, ahora serán personas que sí, viven, pero viven en pobreza extrema, porque perdieron sus empleos, porque sus negocios de más de 5 años quebraron en 2 meses, porque tienen que pagar sus deudas, y el Gobierno no sabe, ni quiere hacer nada para evitar esta situación.

Los economistas dicen, -con razón- que es más fácil dejar de ser pobre, que revivir; empero, los Gobiernos deberían tratar de evitar ambas situaciones, no es una disyuntiva en donde prevalece una sobre otra sino todo lo contrario, ambas forman parte del bien común.

El bien común es uno de los elementos que integran un país, junto con territorio, población y gobierno; siendo el más importante pues de nada sirve tener un territorio con población y un gobierno si no existe bien común, ojalá nuestros gobernantes lo entiendan pronto.

NOTICIAS MAS LEIDAS