Punto de Encuentro

EL GOLPE INVISIBLE

3 Septiembre, 2018

Miguel Gogny

Un golpe clásico usa tanques, impone a quien no fue elegido, asesina o encarcela a los opositores, silencia los partidos, cierra el congreso, “reforma” el Poder Judicial, las fiscalías, y manipula la información, tomando los medios. Sin embargo, la “Técnica del Golpe de Estado” tiene cambios. En 1968, Velasco no encarcelo apristas y en 1992, Fujimori perpetró un “autogolpe” y uso como armas el dinero y el temor. 

Ahora, el nuevo modelo es el “Golpe invisible”, que tiene los mismos fines, pero es silencioso. El exPresidente arrinconado por las pruebas, renunció, y fue sustituido por un accesitario sin partido ni grupo parlamentario; el Poder Judicial esta conmocionado por audios que comprueban su corrupción, pero que fueron selectivamente “filtrados” y varios Supremos serán nombrados por una Comision que sustituirá al Consejo de la Magistratura disuelto. El Ministerio Público, arma política clave para la denuncia y judicialización que sustituye a las prisiones dictatoriales, está dividido y desacreditado por una sistemática campaña. En cada tema, hay una razón, pero el conjunto es idéntico a lo que hicieron Velasco y Fujimori. 

Los medios de comunicación no han sido ocupados por el ejercito, pero igual, su interés por la publicidad estatal, ahora prohibida, los lleva a una posición anticongreso y antipolítica, poniéndolos al servicio del gobierno. Y son muy importantes, porque todo Golpe se justifica con las pasiones populares más simples, manipula las instituciones y silencia lo que pueda oponérsele. Es lo que esta ocurriendo otra vez. 

Los que aplaudieron el cierre del congreso en 1992, luego enjuiciaron, por eso, a Fujimori el 2000, los que respaldaron la expulsión de magistrados y funcionarios, gritaron diez años después que los nombrados por la dictadura eran peores. Pero son las mismas personas las que hoy se entusiasman con lo que esta en marcha. Quien no recuerda su pasado vuelve a vivirlo. Asi estamos hoy, no se cierra el congreso pero se le amenaza con disolverlo o con un referéndum en vez de concertar, y todo lo demás es igual. Se nombrarán nuevos jueces y fiscales, se les usará contra los adversarios hasta que la crisis económica y el desgaste demuestren que los “moralizadores” fueron, como siempre, los más corruptos. Eso lo dirán en unos años, pero ya habrá ocurrido.

 

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