Punto de Encuentro

La corrupción rosa en la región Cusco

 

Recordamos las movilizaciones gremiales y estudiantiles con lemas altisonantes “Cusco, Cusco, rojo, rojo, hasta la victoria final”…que significo el acceso de organizaciones autoproclamadas de “izquierda” a la conducción de gobiernos locales y al gobierno regional, lamentablemente devinieron en sonados casos de corrupción. El ex-gobernador regional Acurio, dos días antes de su detención vociferaba en algunos medios adictos, que era víctima de “persecución judicial”, que nada lo mancillaba y que había sido un gobernante “ejemplar”, vaya ironía, cinismo y descaro por doquier, los juzgados especiales del caso Lava Jato, ya lo habían identificado por la confesión de algún colaborador eficaz, y descubierto por las coimas recibidas de Odebrecht, de nada menos que un millón doscientos cincuenta mil dólares, con un pre-acuerdo por 3 millones de dólares que no fue consumado, por su abrupta suspensión del cargo por un caso de corrupción anterior en el gobierno local de Calca, también se había incrementado ilegalmente, a “mutuo propio” su haber como alcalde del distrito de San Sebastián, era un viejo conocido de las artimañas y cucañas. Pero no es el único gobernante regional sentenciado, le había antecedido “Gonzales Sayan” de las filas de Unión por el Perú (UPP) también de filiación zurda, cierto es que la corrupción no tiene ideología, pueden ser también liberales o socialdemócratas, sin embargo los hechos revelan que en el Cusco, los corruptos suelen proclamarse “rojos” o “rosados”, y merecen todo el peso de la ley. La Defensoría del Pueblo, ha creado recientemente la Adjuntia de Lucha contra la Corrupción, Transparencia y Eficiencia del Estado, el pasado 21 de abril, y ha emitido su primer reporte: “Radiografía de la Corrupción en el Perú” (mayo-2017), que revela las pérdidas anuales por 12,600 millones de soles por casos de corrupción, el mapa de la corrupción identifica 32,925 casos, a diciembre 2016, investigados en el Ministerio Público y Poder Judicial, en el Cusco tenemos 1496 casos, y los departamentos con mayores casos son Lima, 6205; Ancash, 2771 y Junín, 2261; otro dato grave es que el 92% de los alcaldes, 1699 de 1841, están investigados por delitos contra la administración pública, tales como peculado de uso, malversación de fondos, etc. Y en cuanto a gobernadores regionales ya alcanzan a 23 procesados o sentenciados, esa es la magnitud de la corrupción que agobia a nuestro país. Qué hacer? Mientras los partidos políticos siguen en crisis, o cuando elegimos a quienes proclaman que la “honestidad hace la diferencia” y resultaron ser los más corruptos, es hora de fortalecer a la sociedad civil, sus comités de vigilancia, que cumplan su labor en los municipios distritales o provinciales, ampliándoles sus funciones del nivel preventivo, a las investigaciones y que sus decisiones y acciones tengan carácter vinculante, a propósito existen iniciativas legislativas que lamentablemente no tienen el respaldo que merecen. Haya de la Torre nos recordaba: “no hay pueblo bueno o malo, solo hay buenos o malos dirigentes”, las circunstancias identifican graves casos de corrupción en nuestro Qosqo Imperial, pero es nuestro deber y el de nuestros dirigentes, sobre todo de los más jóvenes, promover una cruzada regional anticorrupción, es hora de la revolución de los espíritus, y concretar políticas públicas como el gobierno abierto, la transparencia, la rendición de cuentas y la democracia participativa.

(*) Email: wilberthvilca@hotmail.com 

Por: Wilberth Vilca Laura (*)

 

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