El gobierno del presidente Barack Obama en el año 2013, propuso modificaciones importantes al sistema de justicia criminal norteamericano, dirigidas mayoritariamente a reducir la sobrepoblación en las prisiones federales y así mismo bajar los crecientes costos del sistema que se hacían casi insostenibles.
En aquel año las medidas anunciadas por el otrora fiscal general, Eric Holder siguiendo con la política de estado del presidente Obama, planteó flexibilizar las sentencias por crímenes no violentos vinculados con el tráfico de drogas y su posesión cuando no tengan vínculos con el crimen organizado pues estas penas han impulsado a que EE.UU. tenga las tasas de encarcelamiento más altas del mundo.
El presidente norteamericano tiene claro que el estado necesita asegurarse de que el encarcelamiento se use para prevenir, castigar y rehabilitar, no sólo para condenar, tener a la gente tras las rejas y dejarlas en el olvido.
Desde el 27 de mayo de este año la nueva fiscal general Loretta Lynch ha preparado los expedientes de 46 presos a quienes el presidente Obama a conmutado sus penas que algunas iban de 20 años de cárcel a cadena perpetua. De los 46 presos indultados, 14 de los cuales cumplen cadena perpetua, serán puestos en libertad el 10 de noviembre.
Barack Obama a explicado al país "Creo que en su base, Estados Unidos es una nación de segundas oportunidades. Y creo que estas personas merecen su segunda oportunidad" continuó "Estos hombres y mujeres no son criminales reincidentes. Pero la abrumadora mayoría tuvo que ser sentenciada al menos a 20 años".
Asimismo el presidente le envió una carta a un reo que solicitaba la conmutación de su pena, diciendole que le estaba concediendo su petición porque considera que demostró ser capaz de darle la vuelta a su vida. "Creo en tu capacidad para demostrar que los incrédulos se equivocan, y cambiarás tu vida para mejor. Así que buena suerte y prosperidad”.
Obama ha conmutado ya las sentencias de 89 presos, siendo la mayor parte traficantes de drogas no violentos que solicitaron clemencia bajo una iniciativa que comenzó en abril de 2014.
“Gastamos más de 80 mil millones de dólares al año para encarcelar a personas que a menudo han estado involucrados en crímenes relacionados con las drogas no violentos”, dijo Obama en un video publicado en la página oficial de Facebook de la Casa Blanca. Esta cifra es similar al tercer paquete de rescate para Grecia por los siguientes 3 años.
En un comunicado, el abogado de la Casa Blanca Neil Eggleston dijo que es probable que Obama conmute más penas antes de dejar la presidencia en 2017, podrían llegar al millar.
En definitiva la actitud valiente del presidente norteamericano se ha impuesto sobre algunos políticos y periodistas que no creen en esta política de estado de la segunda oportunidad a presos que por ignorancia del derecho, falta de oportunidades o simplemente por necesidad económica dieron un paso sobre la legalidad y han pagado con cárcel su error.
Siendo delitos de microcomercialización y tráfico sin utilización de violencia, la nación norteamericana a reaccionado positivamente ante esta acción del presidente, quien hace unos días fue a uno de los penales convirtiendose en el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar una prisión federal.
La sociedad lo ha tomado como lo que es, un reencuentro con el perdón y el otorgamiento de una nueva oportunidad, además de permitir la manera de aliviar la sobrepoblación en las prisiones, conteniendo las violaciones a los reos, reduciendo el acinamiento y la mejora de la seguridad interna, finalmente también se da el ahorro de grandes sumas de dinero.
La inmensa mayoría de los norteamericanos ha aplaudido esta política de estado de Barack Obama y del partido Demócrata, lo que ha llevado al partido Republicano a sumarse a una campaña bipartidista para reformar el sistema de justicia penal del país.
Ningún ciudadano ha tomado esta acción del presidente como una convivencia o colaboración con el narcotrafico, el pais entiende y apoya esta política, que pese a pocas fallas o dificultades tiende a convertirse en una solución que será continuada seguramente por el próximo presidente de los EE.UU.
Visto esto observaremos que en nuestro país se llevó a cabo las conmutación de penas e indulto de miles de reos por distintos delitos incluido el trafico de drogas. Los expresidentes Fernando Belaude, Valentín Paniagua, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y el ex dictador Fujimori, conmutaron penas e indultaron miles de criminales, con sentencias de todo tipo como, tráfico de drogas, terrorismo, evasión de impuestos, etc. La constitución del Perú así lo dispone como prerrogativa presidencial. Por lo tanto ninguno de ellos ni el ex presidente Alan García han cometido delito y/o infracción constitucional. Barack Obama tiene similares prerrogativas, privilegio o facultades constitucionales de indultar, amnistiar o conmutar penas.
No es cierto que dolosamente se hayan modificado las penas durante el gobierno de Alan García. En el gobierno de Toledo se dio la reducción de la pena privativa de libertad. Al amparo de esta norma fue que el gobierno aprista actuó. No hubo un sistema de justicia paralela, esto respondía a una política de estado de despenalización, así como en los Estados Unidos de Norteamerica y en otros paises europeos y latinoamericanos.
El Artículo 118° de la actual Carta Magna, en su inciso 21, en forma concisa establece que: “Corresponde al Presidente de la República: Conceder indultos”.
Por lo tanto no hay delito en la actuación presidencial, ni de Belaunde, ni de Humala, ni de ningún otro expresidente del Perú de los ya nombrados.
Considerando que para atender los pedidos de reducción de pena o indulto, el ministerio de justicia o sus comisiones evaluadoras pueden haber cometido actos ilicitos, el mismo ex presidente García ha pedido que se investigue con prontitud. La responsabilidad de un funcionario recae sobre el mismo más no podemos involucrar al ex presidente por el solo hecho de que el ex preso Carlos Butrón Dos Santos haya declarado al congresista Sergio Tejada inculpando a García pues ese mismo sujeto al que Tejada llamó “testigo clave” y hoy llama “delincuente” solo porque desde el extranjero aclaró que Tejada lo presiono para implicar al ex presidente aprista.
Veamos sus últimas declaraciones a la prensa, el legislador Tejada ex presidente de la comisión que investigaba este caso le dijo; “que tenía todo el apoyo del Gobierno, de los medios y de magistrados que me apoyarían, y si declaraba en esos términos, me sacarían del país y me darían un sueldo a manera de apoyo…”, “(Tejada) Me dijo que tenía varias acusaciones en mi contra y que para revertirlas tenía que denunciar a Facundo y sus funcionarios, ya que directamente afectaría al expresidente García…”, señaló el expresidiario Carlos Butrón Dos Santos desde Cuiabá, capital de estado de Mato Grosso, en Brasil.
Es evidente que aqui lo que está en juego no es encontrar la verdad, el objetivo es simplemente desacreditar al candidato a la presidencia Alan García. Está ahora en manos del poder judicial y de la fiscalía la necesidad de sancionar a los culpables en el caso de que los haya.
Obama y García han aplicado una política de estado de despenalización similar y veremos en los próximos dos años que el número de conmutaciones en EE.UU serán mayores que las que realizó en el Perú Alan García. Pero aquí el antialanismo distorsiona y envenena la política nacional.
Obama debe estar agradecido de no ser político en nuestra patria.