FEDERACIÓN NACIONAL DE TRABAJADORES DE LAS EMPRESAS ESPECIALIZADAS Y CONTRATISTAS DE LA ACTIVIDAD MINERA Y METALÚRGICA DEL PERÚ – FENTECAMP
PRONUNCIAMIENTO URGENTE
DUELO NACIONAL Y RABIA ORGANIZADA ANTE LA MASACRE DE 13 TRABAJADORES EN LA MINERA PODEROSA, PATAZ – LA LIBERTAD
Basta de muertes obreras.
Desde la Federación Nacional y sus Afiliados nos solidarizamos profundamente con las familias de los 13 compañeros vilmente asesinados en Pataz. No fueron víctimas del azar, fueron blanco de un sistema podrido, donde el Estado ha claudicado su deber de proteger a quienes levantamos la economía nacional con sudor, sangre y sacrificio.
Esto no fue un hecho aislado. ¡Fue una masacre obrera! Un crimen anunciado en una zona tomada por mafias, toleradas por autoridades cobardes y cómplices por inacción. El Estado ha renunciado a gobernar los territorios mineros, dejándonos a merced del crimen organizado, la minería ilegal y la corrupción que se pasea con impunidad por los pasillos del poder. Señora Dina Boluarte, ministros, autoridades regionales y policiales.
Su indiferencia es criminal. Su silencio es cómplice. ¡La sangre de nuestros hermanos no se negocia ni se olvida!
Desde nuestra Federación exigimos con urgencia:
Una investigación exhaustiva, imparcial y sin encubrimientos.
La intervención directa del Estado con inteligencia, presencia armada y justicia real.
La captura y sanción ejemplar de todos los autores materiales e intelectuales de esta masacre.
La protección inmediata y efectiva de todos los trabajadores mineros en zonas de alto riesgo.
Si el gobierno no actúa con firmeza y verdad, será responsable directo de las próximas muertes. No aceptamos más discursos vacíos ni lamentos hipócritas desde Palacio.
Además, denunciamos con claridad y firmeza que la minería formal de nuestro país también vulnera sistemáticamente derechos fundamentales. Lo hace a través de un régimen de tercerización que explota a miles de trabajadores, quienes laboran en actividades principales y permanentes, a pesar de que por ley deberían estar en planilla directa.
Hoy, cerca del 80% de la fuerza laboral minera está tercerizada, precarizada, y nadie dice nada. Cada mes, mueren entre 4 a 5 trabajadores en las minas del Perú, sin que esto genere escándalo ni cambios estructurales. Y que quede claro: también los 13 compañeros asesinados en Pataz eran trabajadores tercerizados. Su condición laboral no sólo los expuso a peores condiciones, sino que facilitó su abandono. Esté gobierno y un Congreso nefasto han elegido proteger a las grandes empresas y a las mafias ilegales, en lugar de defender la vida y dignidad de los trabajadores. Amparan un sistema criminal donde la vida del obrero vale menos que el oro que extrae.
Si nos siguen matando, nos van a encontrar organizados, en pie de lucha, y sin miedo.
¡Honor y justicia para nuestros mártires de Pataz!
¡Ni perdón ni olvido ¡
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