Por: Dr. José Mario Azalde León
La utilización política de un lamentable asesinato de una niña en Lanús enturbia aún más las elecciones en Argentina. Alguien diría: “ya nada me sorprende”. Y tal vez esta respuesta cínica tenga un trasfondo de verdad: si estuvieron dispuestos a matar a la vicepresidenta Fernández (CFK) ante las cámaras de la televisión nacional, en un magnicidio frustrado, tendrán menos escrúpulos en asesinar a una menor indefensa.
Supongamos que este crimen no haya sido producto de la decisión de un motochorro (ladrón que realiza sus actos en motocicletas). Pensemos (piensa mal y acertarás) que Morena solo fue una victima de un thriller político. A días de las PASO, el discurso de la inseguridad empieza a cobrar fuerza beneficiando a una candidata que promete mano dura y que ya fue ministra de seguridad interior. Un intercambio de pullas entre la vicepresidenta CFK y el expresidente Macri encubre la decisión sobre con quien decido antagonizar. La señora Bullrich tiene un pasado peronista. Massa no logra cohesionar al peronismo. El crimen también salpica a Grabois: la diputada Saracho perteneciente a su espacio político es acusada de haber gestionado la liberación del homicida en un anterior caso policial.
Fuera del poder todo es ilusión. Bullrich esta dispuesta a hacer lo que Massa no quisiera o gustaría: ajuste fiscal y políticas agresivas contra la inseguridad (en contra del discurso oficial que se orienta a posiciones despenalizadoras). Ello seria posible si Bullrich gana las elecciones remontando, los próximos días, a Horacio Larreta y luego una victoria ajustada contra Sergio Massa. En estos días, el arco político esta jugando a favor de Bullrich frente a un Milei que llega a su techo (más allá de algunas tendencias tanáticas de un sector de la población que desea ver a Milei para que arda todo) y un Larreta que no tendría el perfil para enfrentar, con mano dura, los problemas de corrupción e inseguridad de la Argentina. Incluso dentro de la UCR un sector que tiene como referente a Julio Cobos (ex vicepresidente de CFK), se encuentra apoyando a la candidata del PRO.
¿Un pacto entre Bullrich y CFK? ¿Quiénes juegan a favor de la candidata con pasado montonero? Puede ser que al final prime un cierto realismo político o, para los moralistas, un pacto infame. Pero claro, todo esto es una desagradable suposición, posiblemente producto de una mente perturbada. Una teoría de la conspiración con olor a chori y chimi.
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