A los 102 años de la fundación de las Universidades Populares Gonzales Prada, es preciso reivindicar a esta institución con una crítica profunda que permita su replanteamiento, su plan de acción, con el fin de que se deje de resumir en una secretaría inactiva en el estatuto de un partido al que le urge una actualización ideológica pero que se ve entrampado por ventas de locales a través de métodos dudosos y nula transparencia.
Si bien el proyecto de las UPGP debe ser de principal valor en nuestra ideología, esta se encuentra inactiva a pesar del inmenso potencial y de ser un eje central para la acción política aprista. Es por esto que en el presente artículo se brindará una propuesta de actualización de la acción a realizar desde las UPGP.
Para desarrollar la propuesta que espero otros especialistas aporten al debate se desarrollará después de un breve desarrollo contextual de la educación en el Perú. En primer, lugar como como señala Gustavo Esteban, se habla de crisis de la educación desde hace siglos ya que no se logra brindar una educación adecuada que es fundamentalmente asimétrica y que parte de una premisa de una época anticuada como es la primera revolución industrial, así como reproducir dinámicas coloniales en donde unos educan a otros ignorantes.
Asimismo, existe una gran ausencia de recursos y falta de capacidad de gestión en el sistema educativo llevan a que el modelo educativo peruano falle aún más y sin una capacidad suficiente a sus estudiantes. Por otro lado, también existe una gran deserción de parte de los alumnos del sistema educativo formal, no considero que sea por un problema de las nuevas generaciones, sino que, como señala Claudio Naranjo, en la escuela no se esta enseñando cosas que se les hagan útiles y/o que respondan a los tiempos actuales ya que los jóvenes acceden a mucha más información, a veces incluso más actualizadas que las que tienen sus libros y/o sus maestros.
Creo que las universidades populares son un proyecto que como su propio nombre lo dice es manejado por el pueblo y es para el pueblo, lo cual implica intrínsecamente un cuestionamiento al sistema educativo universitario tal y como lo conocemos actualmente, rompiendo esquemas de enseñanza verticales, repetitivos y elitistas con ideas principalmente occidentales.
Si bien, este debe ser un primer artículo de un sinfín de muchos otros, que no se deben agotar en la autoría por ser el quehacer educativo esencialmente crítico. Considero pertinente que un primer paso para reactivar las universidades populares es acercarlas al pueblo, a aquellas comunidades que más lo necesitan y que aprendan lo que necesiten saber, lo cual lo determinarán las mismas comunidades, pudiendo así acercarlos a posibles soluciones a sus entornos.
No quiero concluir este artículo, sin decir que todo desde la teoría suena bonito, qué es fácil apuntar y reivindicar el fin sin decir el cómo, no obstante, recalco que el primer paso del cómo es acercar al pueblo la oportunidad de decidir qué aprender y cómo aprender, dotándolos de autonomía, empoderándolos y, sobre todo, estableciendo vínculos. Falta mucho del cómo, por eso no puede ni debe ser este un único artículo.