Por Antero Flores-Araoz
Hacen pocos días un buen amigo me instaba a no seguir escribiendo sobre la irresponsabilidad de muchísimos ciudadanos de elegir mal a sus autoridades, sean ellas nacionales como la fórmula presidencial y el Parlamento de la República, sean los gobernadores regionales con sus consejeros, o también los alcaldes con sus regidores.
Me lo decía de frente y sin anestesia y agregando que la irresponsabilidad del elector nunca variará y, que en las elecciones del próximo año ello irá in crescendo por el elevadísimo número de postulantes para las elecciones generales del 2026, ello gracias a las reformas electorales propiciadas en el gobierno de Martin Vizcarra a propuesta de Fernando Tuesta Soldevilla, en que se redujo el número de ciudadanos para constituir y registrar partidos y organizaciones políticas ante el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
El resultado de la reforma del sistema electoral nos condujo a tener el inmenso número de 43 partidos políticos, con poquísimas alianzas, lo que nos llevará a tener alrededor de 40 fórmulas o planchas presidenciales, así como también alrededor de 40 listas de candidatos al Senado, con posibilidad de ejercer el voto preferencial entre 60 aspirantes al Senado, 130 a la Cámara de Diputados y un número felizmente corto de parlamentarios andinos.
Evidentemente escoger entre tantas listas presidenciales y congresales, es una tarea casi heroica pero que fomenta la irresponsabilidad del elector, que no se informa adecuadamente sobre los candidatos haciendo que su voto carezca de la debida razonabilidad. Ello se agrava con la demora que habrá para hacer las actas del escrutinio fomentando errores que lleven a las nulidades.
Felizmente para sucesivas elecciones no se repetirá la enorme proliferación de agrupaciones políticas ya que, en las elecciones del próximo año muy pocos partidos alcanzarán a pasar la valla electoral, con lo cual perderán su inscripción como partido político.
La respuesta a quienes nos sugieren no seguir con la prédica de elegir concienzudamente, es que no hay que perder la esperanza y que, como dice antiquísimo refrán: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, así como que “Donde agua pasa, humedad queda”. Por eso no desfalleceremos en el intento de seguir con la prédica para que algo quede de ella y por supuesto que algo mejore.
Al no claudicar en el intento por mejorar las cosas, instamos a otras personas que pretendan lo mismo, hacerlo con la pluma, en conferencias, en entrevistas y por cualquier otro medio, que como bien dijera el ex líder chino Deng Xiaoping: “No importa el color del gato, sino que cace ratones”, ergo si el fin es bueno los mecanismos para alcanzarlo también lo son.