Simón Bolívar, el libertador que llegó a rector, tuvo la idea de que la universidad se debía regir por un gobierno democrático. A tal punto que, podemos decir que antes de la Reforma de Córdova fue la política universitaria reformadora de Bolívar. Es así: El ideario bolivariano de universidad estaba impregnado de la democratización del claustro. Es más, en puridad, Bolívar habría fundado el claustro universitario, por su ideal democratizador. El pensamiento universitario del libertador fue “pensamiento vivo”, en tanto que se caracterizó por llevar a práctica sus ideas entre los años de 1820 y 1830. Por cierto, su obra universitaria abarcó los planos creativos de la institucionalización, de la legislación y, por supuesto, del proceso político. Bolívar fue uno de los creadores del pensamiento republicano, pero también fue uno de los que le tocó superar la herencia colonial de la universidad, e instituir una universidad de ciencias, tecnologías y letras modernas, y de un gobierno democrático. No es extremar: En verdad, existe una relación lineal, aunque ciertamente sutil por los contextos diferentes, entre el pensamiento de Bolívar y el Grito de Córdoba. Las ideas bolivarianas sobre la universidad también resultan integrales, pues incluían los planes de estudio y la organización del poder universitario, acorde con los cambios que, para entonces, se producían en la vida universitaria europea. El 21 de junio de 1820, el libertador produce un decreto sobre el Patronato y Gobierno de Establecimientos Educacionales, en el que establece probablemente la primera laicidad republicana de la universidad: Si bien prescribe que "La educación civil y literaria de la juventud es uno de los primeros y más paternales cuidados del gobierno", también manda que "la autoridad eclesiástica continúe ejerciendo su inspección y derechos sobre las becas seminarias, sin mezclarse en la dirección general del establecimiento". Es que, la genealogía del gobierno democrático de la universidad informa que antes del Grito de Córdova, fue la Convención en Francia. Por eso, Bolívar, tempranamente, implanta que en cuanto a "los colegios seminarios que hay en toda la extensión de la república", los jefes y rectores, maestros y empleados de los mismos "dependerán del gobierno y serán nombrados por él". Sin duda, la Reforma Universitaria de Córdoba es el hito renovador y contemporáneo más importante de la vida universitaria, pero también existieron ideas emancipadoras, republicanas, de inicios del siglo diecinueve, entre ellas las ideas de Bolívar, que renovaron y democratizaron la universidad. Bolívar crea y reorganiza universidades en seis países de América Latina, a través de trece decretos. Las fuentes documentales deberían reconocer a estos preceptos como fuentes legislativas y teóricas fundacionales de la historia del sistema universitario democrático.
Bolívar, en cuanto a su ideario de gobierno democrático de la universidad, fue recepcionado en el Perú, a través del decreto que normó la fundación de la Universidad de Trujillo, en 1824, pues en éste, se trasuntaba nítidamente tal ideal. Hoy, en el día de la Patria, permítaseme traer del oriente eterno al gran libertador, para que se dirija nuevamente al claustro de San Marcos, y, en él, al claustro en pleno de la universidad peruana: “Señores: Al pisar los umbrales de este Santuario de las Ciencias yo me sentí sobrecogido de respeto y de temor… procuraré acercarme a sus dignos miembros, y cuantos monumentos me pertenezcan… los emplearé en hacer esfuerzos para llegar si no a la cumbre de las ciencias en que vosotros os halláis, al menos en imitaros”. Finalmente, Bolívar, el libertador y el rector, le estatuyó un gobierno democrático a la universidad.