Es conocido el dicho “Dios ciega a quienes quiere perder”, refiriéndose a la soberbia, a la desubicación o simplemente a la mala lectura de los hechos que se observan, pero también debemos incluir a la inocencia, como instrumento divino para la perdición del desafortunado. Y ese quizás sea el peor, porque siendo que cierto grado de vanidad y de orgullo son necesarios para sostener una dilatada actividad política, lo que deviene en ocasiones en soberbia, y siendo además el político mal observador de sí mismo, la inocencia es un pecado mortal, pues está reñido frontalmente con la capacidad mínima que todo aspirante a la función pública debe tener: malicia. “Piensa mal y acertarás”, es un dicho popular que debe servir de guía cuando se evalúa conductas del enemigo, pues cabe suponer que éste ha dedicado tiempo preparando nuestro daño, disimulando sus propósitos, ocultando sus tácticas. Así, Hamas pasó casi dos años preparando el ataque a los colonos en Israel, casi sin haber entrado en confrontaciones y, por el contrario, haber facilitado el trabajo bien remunerado de muchos de sus activistas en territorio judío para recabar información detallada. Al igual que Hezbollah, es un grupo terrorista muy bien pertrechado y organizado como ejército profesional, esencialmente subvencionado por Irán, cuyas autoridades han reconocido que cada año destinan más de 300 millones de dólares para la destrucción de Israel. Además, cuentan con la inocencia de organismos internacionales europeos que donan materiales de construcción que son empleados en los túneles desde donde perpetran sus ataques y se refugian de los misiles, mientras lanzan miles de cohetes desde colegios y centros residenciales para que la respuesta israelí provoque más muertes de palestinos inocentes; utilizan para ello, como lanzaderas, las tuberías que les fueron donadas para establecer una red de agua y desagüe para su pueblo. Obviamente, en gaza no hay construcciones adecuadas ni agua para quienes supuestamente son defendidos por los terroristas.
El demócrata Obama permitió a Irán acceder a la energía nuclear, en la inocente creencia que respetarían un tratado que limitaba su desarrollo al ámbito civil, hoy tienen importante armamento nuclear y han desarrollado una sofisticada capacidad tecnológica, que tampoco destinan al bienestar de su pueblo, sino a sus propósitos geopolíticos. Detrás de Irán ha estado Rusia, y ahora China, porque mueven ficha contra la inocencia de Biden, que envía dinero a Gaza “para su reconstrucción”, claro, a cargo del gobierno de Hamas. La inocencia es contagiosa, uno de los expertos peruanos en Medio Oriente denunció la destrucción de un hospital con muerte de niños, por un misil israelí, teniendo como fuente alMinisterio de Sanidad, dependiente del gobierno de Hamas; como él, cayó también la BBC, que sigue publicando fotos e informaciones recicladas, todas proporcionadas por la agencia Al Jazeera, que le pertenece a Qatar, el estado árabe que financia a un gran número de violentas organizaciones extremistas.
Los peruanos conocemos bien cómo opera el terrorismo, que siempre trata de responsabilizar al estado democrático por las víctimas que provocan sus acciones, pues usan la violencia como instrumento político habiendo calculado sus efectos, por lo que no debemos pensar con inocencia. Mucha de la información que recibimos es falsa o manipulada, incluyendo las fotos de refugiados que nos hieren el alma. En esta guerra de orígenes bíblicos, todo es manejado con criterio estratégico por quienes buscan subvertir el orden internacional y destruir a los países democráticos y creyentes en el estado liberal; fíjese amigo lector, que todos los países que atacan a Israel son férreas dictaduras que dominan a pueblos sumidos en la miseria.