El último informe de la CEPAL nos indica que la pobreza se ha incrementado en Venezuela en un 6.7%, regresando así a los niveles que tenía Venezuela antes de la llegada del chavismo (1). Algunas figuras internacionales, como el Premio Nobel y presidente de Costa Rica Oscar Arias han anunciado el fracaso total de las políticas del régimen militar (2). Frente a este desprestigiado panorama, sólo los grupos que han recibido financiamiento del chavismo continúan respaldando el militarismo bolivariano. El presente artículo es para señalar la fragante contradicción entre lo que proponen estos grupos para otros países y lo que respaldan en la política venezolana.
Por muchos años los grupos de izquierda que respaldan al chavismo reconocieron a este país como un modelo o alternativa frente a lo que ellos denominan “neoliberalismo primario exportador”, caracterizado teóricamente por la reducción de la presencia del Estado y la dependencia sumisa por nuestros recursos naturales sin buscar darles valor agregado. Sin embargo el tiempo ha demostrado que una economía no se industrializa con discursos antiimperialistas ni tampoco con programas asistencialistas masivos. De hecho, Venezuela se ha estancado en todos los índices de diversificación productiva y han estancado todo intento de capital nacional. El chavismo ha sido regresivo tanto social como económicamente, algo increíble considerando la riqueza descomunal que se encuentra bajo el suelo Venezolano y ha alimentado por 15 años los deseos de la buró chavista.
Los defensores del boliviarianismo han sido también fieros críticos de los procesos democráticos en Colombia, Panamá, México, Chile y Perú, quienes conforman la Alianza del Pacífico y han apostado por la apertura a la inversión extranjera y así a la manufactura. La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) en su informe 2013(3) dan la razón a este camino, colocando a estas economías en un plano expectante de diversificación productiva alrededor de las industrias primarias y no contraponiendo los procesos como hubiesen querido los deudos del muro de Berlín. Parece que el chavismo no aprendió la lección de continuar planteando el discurso de sustitución de importaciones sin importar el contexto y las necesidades de cada país; si hubiesen sido más abiertos y tolerantes tal vez no hubiesen llevado a su país a la quiebra. Felizmente en otros países detuvimos ese avance, es hora de darles la mano.
1 http://goo.gl/oRcGuF
2 http://goo.gl/ndbC1a
3 http://goo.gl/e3JDja