Por Roberto Rendón Vásquez
La inmigración china al Perú comienza en 1849 (octubre) con la llegada al Callao de 75 chinos. Eran trabajadores que denominaron “culíes”, que se requería para que trabajaran como peones contratados en latifundios costeños y las islas guaneras porque el Presidente Ramos Castilla liberaría a los esclavos. Era necesario traer mano de obra china. Los esclavos negros paulatinamente se liberaron de “sus dueños” dejándolos sin mano de obra.
En un primer momento duró hasta el año de 1856. El 95% era cantonés y casi todos hombres. Los traían con contratos denominados “de los culís”. Fue un negocio “importarlos” para reemplazar la mano de obra esclava en los valles costeños y las islas guaneras; posteriormente fueron la imprescindible mano de obra para la construcción del ferrocarril de Lima a Huancayo y los utilizaban en diversas provincias (de la costa, sierra central, selva central andino-amazónica). Actualmente los chinos y sus descendientes, los tusan, constituyen una importante composición étnica y sobresalen en diversas áreas productivas, económicas, comerciales, educativas, culturales y aun políticas. Es influyente, tanto por su composición étnica como en diversas áreas de la cultura peruana y cuya presencia es reconocida por la significativa contribución al desarrollo y crecimiento del nuestra país en los siglos XIX y XX. Han formado ejemplares familias peruanas. Ahora, 174 años del primer arribo al Perú, al menos el 10% de peruanos tiene origen chino. Es más numerosa comparada con la inmigración de etnias europeas, africanas y aun asiáticas (japonesas, coreanas).
Muchos inmigrantes chinos, al concluir sus “contratos”, se asentaron en la calle Capón e inmediaciones, conocido como el prestigiado barrio chino de Lima considerado el más importante en el hemisferio occidental. Con su tesonero y abnegado trabajo constituyeron grandes importadoras de bienes manufacturados de China y Norte América. Desde entonces familias chinas han constituido importantes y prestigiadas empresas con diversos centros de trabajo y comerciales. Podemos citar como ejemplo: “La Casa Win On Chong” (dedicada a venta ingredientes para los chifas), Pow Lung, Supermercados de Wong y Metro (actualmente transferida a Cencosud), Plaza Norte, Mall del Sur, Hong Kong Market, Tai Loy, Lau Chun. Recientemente son Shougan Hierro Perú, Wan Xin Group, Huawei Del Perú, Cosco Shipping y muchas otras.
Los tusanes con esmero y el decidido apoyo de sus ancestros han creado importantes centros educativos e instituciones representativas. Citamos como ejemplo: el Colegio Peruano Chino Diez de Octubre, el Colegio Juan XXIII, la Beneficencia China , el Centro Cultural Chino, la Asociación Peruano China, la Sociedad Tung Sing, Sociedad Central de la Colonia China, el Instituto Cultural Peruano Chino y otros prestigiados que cultivan no solamente su cohesión y solidaridad sino la amistad con el Pueblo de sus padres y la República Popular China. Esta colonia publica los periódicos La Voz de la Colonia China y el Man Chin Po. Tienen algunos templos chinos en Lima. Hay monumentos chinos como El Arco Chino en Capón.
En el Barrio Chino (Capón) constituyeron los primeros y prestigiosos “Chifas” (derivada de la palabra chi fan que significa "cocinar" o literalmente "chi = cocinar, fan = arroz". La inician los primeros trabajadores chinos en octubre de 1849; muchos son cantoneses. Son restaurantes especializados en comida ancestral china, primeros en el Hemisferio occidental y paulatinamente “el chifa” se va extendiendo en otros países. Al inicio, la comida no era apreciada entre la clase “alta” sino por gente pobre debido a que era barata y muy agradable. Pero se ha convertido en una gastronomía importante, prestigiada que se ha generalizado. Actualmente todos usamos en casa ingredientes chinos: jengibre, el sillao, la cebollita china, col china. El chifa es popular pues en cada barrio y distrito limeño y en provincias operan miles de “chifas” concurridos habitualmente por todos; es de gran consumo. Son parte de nuestra vida.
Los chinos inmigrantes y sus descendientes nacidos en el Perú, sin olvidar sus ancestros aman al Perú y permanentemente contribuyen a su desarrollo humano, económico, educativo, cultural, deportivo, político y permanentemente participan en toda actividad societaria nacional. Hay chinos que han dejado huella prestigiada en la producción cultural, artística, deportiva, económica, política, social, universidades, ciencias, profesiones, arte, los Poderes del Estado y el mundo social nacional.