Al escribir la columna pasada, sobre el origen y la conformación de la CVR, no pensé ganarme la cantidad de insultos que he recibido por quienes claramente “nunca leyeron el Informe Final (IF) de la CVR”, pero que no dudan en acusar a los comisionados (y a mí también, por supuesto) de pro terroristas. Al parecer, nuestro pecado es reconocer el valor de la CVR y de su IF.
Pero las ofensas de estos difamadores anónimos me animan a seguir escribiendo sobre el tema, pues son la prueba más evidente de la enorme tarea que tenemos por hacer. Digo ello, porque frente a la violencia verbal de quienes agreden desde una cuenta en Facebook, también he recibido comentarios y preguntas de ciudadanos -muchos de ellos jóvenes- interesados en conocer la verdad y acercarse a ella sin prejuicios o anteojeras ideológicas. Por eso es importante dejar en evidencia a estos mentirosos.
En ese sentido, aprovecharé esta columna para responderle a todos aquellos que de manera deliberada mienten sobre algunos puntos que me parecen claves al momento de evaluar el trabajo de la CVR pues están referidos al mandato, trabajo y financiamiento de la CVR. Para ello, he seleccionado cuatro mentiras que son repetidas hasta el cansancio por quienes atacan a la CVR y a su IF, pues considero necesario demostrar su absoluta falsedad.
Mentira 1: Nadie le pidió a la CVR que investigue a las Fuerzas Armadas (FF.AA) y Policía (PNP)
Esta primera afirmación es absolutamente falsa pues el Decreto Supremo N° 065-2001-PCM que creó la CVR dispuso textualmente lo siguiente: “Créase la CVR encargada de esclarecer el proceso, los hechos y responsabilidades de la violencia terrorista y de la violación a los derechos humanos producidos desde mayo de 1980 hasta noviembre de 2000, imputables tanto a las organizaciones terroristas como a los agentes del Estado, así como proponer iniciativas destinadas a afirmar la paz y la concordia entre los peruanos”.
Entonces, si la verdad es tan evidente en torno al mandado que recibió la CVR para el esclarecimiento de los hechos: ¿Por qué los críticos (mentirosos compulsivos, diría yo) de la CVR mienten con tanta desfachatez? La respuesta, según Herbert Morote, es que a los enemigos de la CVR les molesta -hasta la locura- que el Estado luego de 20 años haya reconocido que los crímenes fueron cometidos presuntamente tanto por terroristas como por los miembros de las FF.AA. y de la PNP, respectivamente. Eso es algo que las instituciones castrenses y sus defensores en la política jamás le perdonarán al ex Presidente Paniagua. Siguiendo a Morote, podríamos decir que el Gobierno de Paniagua exigía que una CVR dijese la verdad. ¿Estaba el Perú preparado para oírla? Morote cree que no, yo suscribo esa opinión.
Mentira 2: La CVR no quiso entrevistar a todos los actores del conflicto (solo a los comunistas)
Esta segunda afirmación es absolutamente falsa pues si bien la CVR estaba facultada para entrevistar a cualquier persona, autoridad, funcionario o servidor público, “no contaba con la facultad para citar de grado o fuerza a personas cuyo testimonio considerase de importancia”, potestad que sí tienen, por ejemplo, el Poder Judicial, el Ministerio Público, las Comisiones Investigadoras del Congreso, u otras Comisiones de la Verdad como la Sudafricana.
Entonces, queda claro que la CVR no podía -a pesar de haberlo requerido formalmente- obligar a las personas (subversivos o agentes de Estado) sospechosas o poseedoras de valiosa información a comparecer ante ella. Es así como, la propia CVR refiere en su IF que no pudo obligar al personal subalterno, oficiales y altos mandos militares y policiales a presentarse a declarar o confesar. ¿La CVR invitó a estas personas a dar su testimonio? Claro que sí. Lo hizo de manera formal cursando oficios a los respectivos ministerios, sin embargo, lo dice también el IF, no recibió de parte de las FF.AA el apoyo institucional que una tarea de tanta importancia exigía.
Mentira 3: La CVR no quiso escuchar a las FF.AA y PNP
Esta tercera afirmación -ligada a la segunda- es absolutamente falsa ya que la CVR consciente de sus limitaciones logísticas y operativas adoptó como una estrategia de trabajo la firma de convenios de apoyo y colaboración con una diversidad de entidades públicas y privadas.
Sobre este punto, la propia CVR ha señalado que firmó 20 convenios a nivel nacional y 30 a nivel regional. Los convenios firmados fueron con el Ministerio de Educación, por ejemplo, universidades, ONG´s de derechos humanos, asociaciones regionales y otras organizaciones civiles vinculadas a la defensa y promoción de los derechos humanos de las víctimas. Es más, la CVR refiere que se logró firmar un convenio con el Ministerio del Interior, para brindar apoyo y protección al personal de la CVR, así como también para coordinar temas vinculados a la investigación de ejecuciones extrajudiciales, exhumaciones y protección de testigos.
Sin embargo, y esto es algo que los enemigos de la CVR no dicen, al Ministerio de Defensa, es decir al Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, respectivamente, no les interesó la firma de estos convenios. En otras palabras, las FF.AA fueron de las pocas instituciones que siempre se negaron a colaborar con la CVR. Por eso no sorprende, por ejemplo, que no les hayan permitido a los comisionados inspeccionar “Los Cabitos” ni otros cuarteles, a pesar de que estos hayan sido sindicados como centros de tortura y ejecución extrajudicial.
Mentira 4: La CVR le costó varios millones de dólares al país
Esta cuarta afirmación es absolutamente falsa pues el costo de la CVR fue de tan sólo 12 millones de dólares de los cuales el Perú puso 7 y los otros 5 millones las agencias de cooperación internacional. Es más, ya que los enemigos de la CVR insisten en difamar a los comisionados acusándolos de haberse hecho ricos con los extraordinarios sueldos recibidos, es preciso aclarar que el Presidente de la CVR, Dr. Salomón Lerner Febres, no cobró ningún sueldo, y que los demás comisionados cobraron entre 1800 y 4400 dólares, dependiendo de si trabajan a tiempo parcial o completo, mucho menos de lo que estas personas percibían en sus labores profesionales particulares.
Entonces, si la verdad es tan evidente, y los datos son tan sencillos de verificar: ¿por qué los enemigos de la CVR la difaman con tanta virulencia y odio? La respuesta la anticipé en la columna pasada, existen ciertos grupos políticos y sociales a los cuales las palabras “verdad, justicia y reconciliación” les resultan políticamente peligrosas. Ellos buscan esconder la verdad para que las nuevas generaciones sigan ignorando lo ocurrido, y así evitar el juicio implacable de la historia.