La revelación de que la empresa Odebrecht donó entre el 2014 y el 2015, más de US$ 220 mil a una de las asociaciones más importante de periodistas en el Perú para un serie de premios y que algunos periodistas habrían trabajado para la empresa de forma directa demuestra lo inimaginable y sorprendente que ha sido el grado de intervención de Odebrecht en el mundo político peruano.
No es ningún delito que Ipys haya recibido una cuantiosa suma de dinero de parte de la empresa brasilera. Como no es delito que periodistas trabajen directamente para la empresa. De allí que consideramos que es una exageración que el Congreso haya citado a los representantes de la asociación de periodistas porque en todo caso, ha sido un acuerdo entre instituciones o personas privadas. Lo que sí es reprochable es que Ipys haya recibido la donación cuando en aquellos años se sabía de sobra y por fuentes directas e indirectas el tipo de negociaciones que utilizaba Odebrecht en el Perú y conocíamos los notables esfuerzos y la investigación de la justicia brasilera para con la empresa. ¿Acaso aquello no fue mérito suficiente para que los periodistas se negaran a recibir tamaña donación? De alguna u otra manera, la independencia de los periodistas que avalaron el acuerdo con la empresa brasilera está en veremos.
Es inaceptable, entonces, la defensa de los periodistas en cuestión en la que se dice que hay una campaña orquestada por algunos sectores políticos para desacreditar y desprestigiar a la prensa peruana. No existe tal campaña. Lo que existe es la demanda urgente de un gran sector de la opinión pública para conocer a cuenta de qué intereses unos periodistas “independientes” llegaron a un acuerdo con una empresa de la que ya se conocía los tremendos nubarrones.
El Perú tiene una reciente experiencia pasada durante el fujimorato en la que periodistas supuestamente independientes se pusieron al servicio del régimen de turno. Ello no debe ocurrir jamás y de allí que es necesario una buena reflexión sobre el papel de un sector de la prensa peruana.