Punto de Encuentro

La imagen de Cuba en Latinoamérica

La Corporación Latinobarómetro publicó un interesante informe titulado: “Cuba en la opinión pública de América Latina”. Este informe señala que sin importar la opinión que tienen los latinoamericanos sobre Cuba y el grado de democracia que le adjudican, la mayor parte de la población de la región quiere que termine el embargo de USA a Cuba. Así lo manifestó la opinión pública en 17 de los 18 países medidos por Latinobarómetro.

¿Cuán democrático es Cuba?

En una escala de 1 a 10, los latinoamericanos la ubican entre el 3.8 y 4.1. Nicaragua es el país donde sus ciudadanos evalúan mejor la democracia cubana (5.6), mientras en Costa Rica sus ciudadanos afirman que la democracia en Cuba está en el 2.7 (la peor evaluación).

Al respecto, los cuatro países que mejor evalúan la democracia cubana son Nicaragua (5.6), El Salvador (4.6), Ecuador (4.5) y Brasil (4.3). En las antípodas de estos países se encuentran Costa Rica (2.7), República Dominicana (2.9), Chile (3.1) y Panamá (3.2). Por su parte, los peruanos evalúan la democracia cubana con un modesto 3.3.

Lo que sorprende, señala Latinobarómetro, es que los ciudadanos de la región ubiquen a Cuba en cualquier grado de democracia, considerando que tienen un régimen autoritario. Eso quiere decir que los latinoamericanos no tienen claridad respecto del tipo de régimen que hay en Cuba.

Además, un dato a tomar en consideración es que los latinoamericanos que tienen más educación (Superior) consideran a Cuba como menos democrático (3.2), que los que tienen menos educación (Básica) que la califican con 4.

Asimismo, de acuerdo al promedio de edad, el estudio señala que los latinoamericanos que tienen menos de 25 años son los que consideran a Cuba como más democrática con 4.

¿Qué opinan los latinoamericanos sobre el embargo?

Como ya señalamos, en 17 de los 18 países medidos hay una mayoría de latinoamericanos que están en contra del embargo. De hecho, sólo en Panamá hay menos del 50% con un 48%. Cabe señalar que esta es una tendencia que se ha venido consolidando a lo largo de la primera década de este siglo de 54% en 1998 a 63% en 2010.

A su vez, es importante destacar que hay cuatro países (Ecuador, Venezuela, Argentina y México) donde más del 70% de la población está en contra del embargo. Por su parte, el 59% de los peruanos manifestó estar en contra de esta medida.

Algunos asuntos a considerar para analizar este estudio

Siempre son interesantes los estudios de opinión que recogen la percepción de los ciudadanos sobre temas polémicos como el embargo a Cuba o su democracia. Sin embargo, al momento de analizar estas cifras, resulta necesario formularnos, por ejemplo, la siguiente pregunta:

¿Cuál es el concepto de democracia que manejan los latinoamericanos?

La respuesta a esta interrogante es clave pues si los latinoamericanos asocian la idea democracia con la celebración periódica de elecciones competitivas entonces queda claro que en la región el único país que incumple con esta regla es justamente Cuba, ello explicaría el por qué los países de Latinoamérica evalúan de manera tan negativa la democracia cubana.

Ahora bien, este diagnóstico, como algunos sostienen, seguramente sería diferente si la idea de democracia de los latinoamericanos estuviese asociada con la concretización cabal y plena de los derechos fundamentales de las personas. De hecho, quienes suelen defender la “democracia cubaba” afirman que Cuba es el país de la región que destina el mayor porcentaje de su PBI a la educación, además de contar con una salud de calidad puesta al servicio de las grandes mayorías.

Las cifras de Latinobarómetro pueden generar confusión

Pero lo llamativo de estos estudios realizados por Latinobarómetro es que los ciudadanos de aquellos países que suelen ser catalogados por los medios como poco democráticos o autoritarios (Venezuela, Ecuador, Argentina o Bolivia), son al mismo tiempo, los que registran los más altos porcentajes de respaldo al régimen democrático y mayor satisfacción expresan con relación a sus respectivos gobiernos.

La otra cara de la moneda la presentan países como el Perú, considerado por los medios como un régimen democrático desde el año 2001, luego de la caída del gobierno autoritario de Alberto Fujimori, pero que sin embargo, presenta los mayores índices de desconfianza y desencanto con su democracia.

Para los peruanos, el retorno al Estado de Derecho y la recuperación de la democracia en 2001 no ha significado la mejora de sus niveles de vida. La mayoría de peruanos estima que derechos como la salud, educación, vivienda, seguridad social o acceso a la justicia no son adecuadamente garantizados por el Estado, y por ende, no consideran imprescindible la vigencia de un régimen democrático si este no es capaz de brindarles una mejor calidad de vida.

Es más, un estudio realizado por Latinobarómetro (2010) arrojó que la mayoría de peruanos está dispuesto a tolerar la violación de derechos y libertades fundamentales a cambio de orden y seguridad. Eso no quiere decir que todos los peruanos sean permisivos con las prácticas autoritarias o dictatoriales de sus líderes políticos, más si se tiene en cuenta que este mismo informe advierte que en el Perú existe un importante 30% de su población que respalda y cree en el régimen democrático, independientemente de si este logra o no en el corto o mediano plazo acabar con la pobreza o la exclusión social, pues consideran que la democracia, por más precaria que sea, siempre será mejor que una dictadura. 

A modo de conclusión

Como podemos apreciar, los estudios de opinión realizados en la región –los del Latinobarómetro no son la excepción, deben ser siempre analizados más alla de las cifras que estos presenten, ya que existen variables -como hemos visto- económicas, políticas, sociales, culturales (estructurales, diría yo) que explican por qué latinoamericanos que critican ferozmente a la “democracia cubana”, son, al mismo tiempo, tolerantes con las tropelías cometidas por sus propios líderes, autócratas de derecha o izquierda -eso no importa- , que de manera recurrente suelen aparecer en el escenario político de la región enarbolando las banderas del cambio con un discurso abiertamente populista. 

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