Por Roberto Rendón Vásquez.
Los informativos periodísticos últimamente con frecuencia refieren a que se ha asesinado a mujeres y/o que en diversos lugares se ha encontrado cadáveres de mujeres, algunos evidencian lesiones graves; también hay asesinatos de mujeres en viviendas y se presume que los autores del crimen son “sus parejas”. También reiteradamente se conoce que varones causan lesiones a sus enamoradas y/o convivientes y/o cónyuges quienes muestran daños en el rostro y otras partes de su cuerpo. Muchas de estas mujeres son madres de familia y tienen hijos menores que presencian el maltrato o asesinato a sus madres ocasionado por los padres de los menores. Otro acto lesivo a las mujeres es que son objeto de tocamientos obscenos, generalmente en medios de transporte público. Igualmente se conoce, porque se informa periodísticamente, que son sometidas a la prostitución e intimidadas para que paguen cupos para ejercer “ese oficio”. En fin, los expuestos son sólo algunos de los actos inmorales y delincuenciales que vienen sufriendo las mujeres. Los autores de todos esos actos son varones.
Las personas que realizan esos actos no sólo son inmorales sino delincuenciales; pareciera que desde su niñez no se les ha inculcado el respeto por las mujeres. Desde la primera infancia y si se está en los centros educativos, en establecimientos religiosos y en la familia en nuestra sociedad, se inculca el respeto por las mujeres; además todos, sin excepción, deben cumplir no solamente las normas constitucionales y legales sino las morales. Esto no les importa a los malhechores.
Olvidan que una mujer nos trajo al mundo. Comencemos: Una mujer nos dio la vida y está en nuestra existencia desde que venimos al mundo, en nuestra niñez, adolescencia, juventud y adultez. Todos los días de nuestra vida es el día de nuestra madre.
La mujer es el ser humano que no obstante a tener diferencias bilógicas con el hombre, en la vida humana ha desarrollado insustituiblemente un esencial rol social. A lo largo de la historia, en algunas culturas han sido sometidas a estructuras patriarcales negándoles derechos reconocidos a los varones. Ya a fines del siglo XIX se evidenciaron movimientos para su emancipación social, familiar y aun política. Pasó mucho tiempo, pero consiguió su derecho a la igualdad. Comprendamos: no son esclavas.
En cuanto nuestra compañera, no solamente es su belleza y sus virtudes, sino el ser que comenzaron a amar y llega a formar parte de nuestras vidas y de la familia que con ella hemos formado; nos comprende y acompaña en cada instante de nuestra vida. Nos da los hijos que tanto esperamos que son la esperanza y orgullo de nuestras vidas. Ella merece no sólo nuestro respeto sino la protección a su vida e integridad en la familia y la sociedad. Sin la mujer en la vida, familia y la sociedad no seriamos felices.
Nuestra Constitución establece que “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”. Son “derechos de la persona: la vida, su identidad, integridad moral, psíquica y física y su libre desarrollo y bienestar. A la igualdad ante la ley, su libertad de conciencia, su honor y buena reputación y su intimidad personal, familiar e imagen”; así como “la paz, tranquilidad y gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida”, “A la legítima defensa y seguridad personal” (Constitución, artículos 1°, 2° incisos 1, 1, 3, 7, 22, 23, 24) (SIC).
Ante la agresión que sufren las mujeres, todos debemos adoptar medidas para cuidarlas, protegerlas y respeten, cualquiera que sea el lugar donde estén. Igualmente, la Sociedad y el Estado deben adoptar las medidas necesarias para que se les respete y protegerlas en cada instante y que se sancione a quien las maltrate de palabra u obra. Además, cada varón, cualquiera que sea el lugar donde se encuentre, si observa que a una mujer se le está hurtando y/o robando sus bienes que lleva, o si se le está faltando el respeto o se le agrede, debemos intervenir para protegerla.
¡No permitamos que a ninguna mujer se le falte el respeto o que las agreda!