Punto de Encuentro

Lima, la terrible …

Lima, Lunes 7:00 am y de pronto, uno de los principales problemas de Lima empieza a hacerse notar, el tráfico. Las vías expresas, arteriales, colectoras e incluso algunas vías locales empiezan a llenarse de automóviles y buses de transporte público, los cruces peatonales colapsan y entonces nos preguntamos ¿Hasta cuándo?

La ciudad de Lima Metropolitana, según el reporte del INEI, ha superado ya los 10 millones 200 mil habitantes. Por el grueso poblacional y el porcentaje de habitantes que se trasladan a diario bien sea a sus centros de labores como a centros educativos y otros servicios, debería existir una red integrada de transporte público que mejore la calidad de vida de los habitantes, ya bastante mellada por la carencia de metros cuadrados de áreas verdes mínimos, tema digno de un artículo completo.

Como profesionales del rubro urbanístico, a través de diversos medios incluyendo la cátedra académica, se ha propuesto una y otra vez la solución, sin embargo, pasan gestiones municipales cada cuatro años que cambian de funcionarios según afinidades políticas, pero no se producen respuestas claras. Desde inicios del año 2024, los usuarios del Metropolitano han venido sufriendo el embate de las alternancias gerenciales sin compromiso con la ciudad ni con el usuario, puesto que deben esperar en promedio treinta minutos en colas extensas para abordar alguno de los buses, esos treinta minutos se suman al tiempo de traslado hasta las estaciones y el viaje en sí hasta llegar a sus destinos, siendo el Metropolitano el servicio de transporte público más caro de la ciudad, estos resultados convierten a este sistema en ineficiente.

Punto aparte es el análisis del manejo de las líneas de buses y combis, a pesar de que hay intentos por parte de los mismos empresarios del gremio por ofrecer mejoras en la calidad de sus servicios tenemos la contraparte de aquellas empresas que se manejan por cantidad de usuarios y tiempo en pista, lo que deviene en carreras a velocidades excesivas por ganar pasajeros, cuya consecuencia muchas veces son los accidentes fatales.  

Por todo lo anterior expuesto, y a que es evidente que no se cuenta con un sistema de transporte público integrado como las grandes urbes incluyendo las de Sudamérica, es que los usuarios prefieren acceder a la obtención de vehículos de transporte privado y la utilización de taxis, por comodidad y seguridad, lo que aumenta cada vez el parque automotor de Lima causando a su vez tugurización vehicular.

Ahora, la solución al tráfico tal y como está, habiendo acumulado problemas a lo largo de los años, ya no debería ser de índole netamente municipal, desde el gobierno central a través del MTC se podría dar soporte para el mejoramiento de este, sin embargo, somos testigos de lo largo y agotador que puede convertirse la construcción de una obra de infraestructura pública que se evidencia en los diez años que lleva realizándose la Línea 2 del Metro de Lima, sin fecha fija de entrega, ya que ésta ha ido cambiándose a lo largo de los años. Tomando en cuenta que la Línea 1 fue realizada en dieciocho meses durante el gobierno del presidente Alan García, podemos concluir que el problema es netamente de gestión e interés, y lo lamentable es que durante este tiempo el único afectado es el usuario a quien se le ha dado la espalda. Lima ya no soporta más.

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