He percibido en múltiples conversaciones que existe una subestimación del profesional público por parte de ejecutivos del sector privado. Pero desde mi experiencia debo reconocer que no es infrecuente que los profesionales de la innovación del sector privado que ingresan al público no logren los resultados que se propusieron. La tendencia común a subestimar los retos estructurales del sector es el primer error.
De lo conversado con personas que están en ese rol rescato que deben enfrentar dos retos que no existen en la mayoría de empresas privadas: niveles de autorización extraordinariamente engorrosos y lentos y la coordinación con algunos trabajadores que responden solo a sus intereses pues cuentan con estabilidad laboral. Para pasar de las ideas a la ejecución, se requiere un proceso previo de diseño de cómo sobreponerse a estas condiciones, con un entendimiento profundo del marco normativo y de las estructuras de poder.
Cada organización estatal tiene su propia complejidad. Traer a personas del sector privado y pedirles innovar sin la debida preparación es subestimar la complejidad del reto. Por ello, es recomendable realizar una etapa previa de formación en diseño de estrategias de innovación en el sector público adaptadas específicamente a la realidad de la organización. No hacerlo es incrementar innecesariamente las probabilidades de gastar recursos públicos sin resultados y crear anticuerpos a la necesidad y factibilidad de innovar en el estado con éxito.
Dicho esto, he tenido la oportunidad de conocer personas muy valiosas en el sector público, con sincero deseo de realizar un trabajo de calidad y orgullo por las cosas bien hechas. Es así que a pesar de ser un proceso complejo, innovar en el sector público no es una tarea imposible.
Todo proceso de innovación implica el diseño de una idea creativa un proceso de gestión del cambio ágil y de un equipo emprendedor que lo lleve a cabo. He visto como luego de una experiencia formativa potente, los colaboradores se llenan de entusiasmo y de ideas para crear cambios profundos.
En el estado es donde se hace más evidente la necesidad de entender a profundidad los procesos de gestión del cambio ágil y de intraemprendimiento para lograr resultados que funcionen. Se hace por ello imprescindible capacitar en competencias para la innovación en el sector público. No solo en técnicas metodológicas, sino en especial, en las habilidades blandas necesarias para enfrentar los retos de innovar con éxito.
Nada menos coherente con la mentalidad de un profesional de la innovación que subestimar la capacidad de los funcionarios públicos y de los retos que enfrentan sin haberse nunca puesto en sus zapatos.
@GaleasJupiter