Punto de Encuentro

Expediente Salaverry

14 Enero, 2022

Política

La vida es eso que pasa entre desafiliación y desafiliación de Daniel Salaverry a cuanto partido político ha pertenecido alguna vez. En todos ellos, ha batido el récord de pasar sin mayor importancia, pero sobreviviendo en estos últimos cinco años en el hampa político.

Tras muchos vericuetos, ha conseguido ser el penúltimo en orden de importancia. Para referirnos a la aparición de Salaverry en el escenario político peruano es necesario que nos remontemos hasta el año 2006, cuando fue elegido regidor en la provincia de Trujillo por el Partido Aprista Peruano (PAP). En aquel momento, dejó lucir una oposición férrea con el alcalde electo en dicha región: César Acuña.

En la siguiente elección provincial fue candidato a la alcaldía trujillana -aún seguía en el APRA- pero quedó en segundo lugar. Posiblemente, estos resultados significaron para él un rosario difícil de contar, más aún cuando, nuevamente, el ganador de esa contienda fue, Acuña Peralta. De tal manera que, el ardoroso opositor posiblemente fue aprendiendo aficiones del político que logró obtener victorias seguidas ante el añejo partido de la estrella.

Decepcionado o ya desinteresado en mantener coherencia política, Salaverry dejó en febrero de 2014 el PAP y empezó su aventura politiquera que lo caracteriza, hasta ahora.

La nueva identidad naranja

“Aturdido y abrumado”, tal cual se canta en el bolero, Salaverry tocó puertas y para su buena suerte la señora Keiko Fujimori se encontraba rellenando listas para las elecciones provinciales de 2014. Acostumbrado a no ganar, esta vez tampoco ganó, pero sí comprendió que el camino a la alcaldía quedaba por fin cerrado en su historia y decidió enfocar su esfuerzo en las congresales de 2016. Faltaba menos de años y medio, tenía poco tiempo, pero mucho empeño en no quedar como un don nadie de los tableros del poder.

Preparado el camino, acompañando a su nueva líder naranja, obtuvo como resultado de aquella contienda el anhelado pase al Congreso con más de 57 mil votos. En su rostro se dibujaba la sonrisa del que podrá pagar las deudas y del que gasta burlas a sus ex correligionarios apristas que solo consiguieron cinco curules. Ahora, era un triunfador. ¿Cuánto tiempo le duraría? Nos referimos a su lealtad…

La política como excusa

Luego de dejar el cargo de regidor municipal en Trujillo, Salaverry continuó con sus actividades empresariales al mando de DSV Constructores, empresa dedicada a sostener estrechos vínculos con el Estado a través de las contrataciones públicas, fundada en 2004 junto a su padre.

Para febrero de 2016 Daniel dejó de ser el apoderado legal. En julio de este año, cuando ya era congresista electo, la empresa fue declarada en quiebra por la Sunat. Lo curioso de esta acción de la Sunat es que la empresa quedaba borrada del mapa tributario, pero llevaba consigo una deuda acumulada de más de un millón de soles correspondientes a trabajos realizados para Essalud y la ONP, entre otros.

Para todos los peruanos es de fácil recordación que cuando este caso se supo, ocurrió algo muy extraño. Evidentemente, un tema como este llegó a los medios de comunicación y empezó una trayectoria judicial. Pero, luego de hecha la denuncia, la contadora de la empresa denunció el robo de un disco duro que tenía información contable de la constructora.

En esta nueva etapa de su vida, todo indicaba que Salaverry había aprendido algunas sagacidades al antiguo adversario trujillano Acuña (que, además, ese año había quedado fuera de la justa electoral). Daniel Salaverry ahora, realmente, podía reírse de todos. Ante la vista de todos los peruanos solo una cosa quedaba completamente clara: Antes de ingresar al parlamento, Salaverry estaba limpio de polvo y paja. ¿Realmente era así?

Más que Keiko, era Ramírez

De ingrata memoria resulta mencionar a Joaquín Ramírez, ex secretario general de Fuerza Popular. Sucede que este personaje también tuvo una relación cercana con Daniel Salaverry. Curiosamente, el acercamiento no se produjo en canchas políticas, sino mas bien deportivas, cuando Salaverry presentó a Ramírez como su sucesor en la directiva del Club Carlos A. Manucci, de Trujillo.

Si bien es cierto, no se conocen mayores entuertos que hayan tenido un desplazamiento hacia arenas políticas como resultado de la relación de Ramírez con Salaverry, esto sí nos demuestra lo compenetrado que estaba el ex congresista no solo con su bancada y con su líder (de momento) Fujimori Higushi, sino con miembros bastante discutibles de la plana mayor de Fuerza Popular.

Adiós patrón, hola patrón

Cuando Keiko Fujimori se convirtió en la muñeca porfiada de Martín Vizcarra y bajo el régimen de este -en extraños enlaces con la Fiscalía y con los más poderosos medios de comunicación- lograron encarcelarla, Daniel Salaverry, evidentemente, decidió dejar atrás su identidad naranja para ahora mostrarse crítico de su bancada y apostólico con el gobernante lagarto que ya tenía pensado lesionar todas las instituciones de la República.

Salaverry pudo demostrar su sobonería con Vizcarra hasta el 30 de septiembre de 2019, cuando, mediante interpretaciones fácticas, este decidió dar un autogolpe y gobernar a sus anchas. Para este momento, Salaverry había vuelto a ser un don nadie de la política. Pasaba una vez más, sin pena ni gloria. Aunque, lo peor es que sumaba a su triste historial una denuncia de parte de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso (2021), “por haber presentado información falsa en sus informes de semana de representación en los años 2017 y 2018”.

La pandemia no lo alejó de lo más vil de sus objetivos: regresar al poder por todo lo alto, imaginando que el ya vacado Vizcarra Cornejo podría mantener la adhesión de los despistados seguidores suyos. Sin embargo, escándalo tras escándalo fueron minando las posibilidades de que el lagarto le sirvieron como tractor de arrastre. Fue más bien su nueva ancla. ¡Era hora de volver a abandonar al patrón? ¡Claro que sí y de encontrar otro!

Su nueva piel

Parasitarios como son algunos, siempre buscarán auparse a algún lado. ¿Recuerdan a Daniel Salaverry buscando conferenciar con Pedro castillo, durante la segunda vuelta? Saquen sus propias conclusiones… No queremos terminar estos párrafos sin dirigir estas últimas letras a los cojudignos que por “dignidad y memoria” ahora tienen como nuevo presidente del directorio de Perupetro a este individuo, luego de que sostuviera una reunión con Pedro Castillo en Palacio de Gobierno. Los necesitados siempre se necesitan.

En el fondo, no habrá mayor disgusto entre los cojudignos porque son de igual calaña…

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