Punto de Encuentro

Cristina Kirchner, no solo corrupta, también asaltó el Patrimonio histórico Argentino

3 Septiembre, 2018

Internacional

Robó del Archivo Nacional una carta de San Martín a O´Higgins

La historia inmediata de nuestros Gobernantes izquierdistas latinoamericanos da asco. Lula preso por coimas, Ortega asesino, Humala y esposa corruptos por  dineros e intereses extranjeros, Maduro y Diosdado sicópatas delirantes,  Néstor y Cristina Kirchner cabecillas de una organización criminal para extorsionar a empresarios para acceder a contratos públicos.

En buen castellano, ampones que llegan al poder en nombre del cambio social: ambiciosos, serpenteantes, demagogos, histriónicos, grandilocuentes, oscuros, dobles caras, argumentativos, cínicos, implacables, argolleros, chantajistas.

Devotos de una ideología “socialista”, parece que no sólo quisieron apropiarse de los dineros del Tesoro Público y de las coimas que recibían de las empresas privadas, sino que, totalmente desbordados y emborrachados por el ejercicio y acceso que da el Poder…también quisieron apropiarse de los objetos y símbolos históricos de nuestras Repúblicas.

PdE les invita a leer el artículo de Héctor Shamis que publica el diario El País de España.

Shamis nos informa de un hecho sorprendente: en la casa  de Cristina Kirchner en la Patagonia (El Calafete) se halló “una carta de José de San Martín a Bernardo O’Higgins, libertadores y padres fundadores de Argentina y Chile respectivamente”. ..“unas chucherías” según la empleada de la casa, en su desconocimiento.

El caso de Evo ya supera la ficción: violando todas las leyes y reglas expresas, usa la Medalla de Bolívar como le quepa en gana. En un viaje, el custodio de la medalla su fue a un prostíbulo donde el maletín en que se encontraba la medalla fue robado. Al día siguiente los ladrones la devolvieron. Shamis comenta con fina ironía “en Bolivia los rateros tienen más principios republicanos que el presidente

Shamis constata y relata que los Presidentes Chávez, Evo, Cristina en verdad se sentían gobernantes absolutistas, borrando la frontera entre ellos y el Estado: ellos eran el Estado. Por lo tanto, lo que Cristina debe pensar –suponemos- que lo que hacía no era robo, era “de ella”. Enfermizo y trastornado.

Lectura recomendada

https://elpais.com/internacional/2018/09/01/actualidad/1535833698_426476.html

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