Apuntes para un importante y pedagógico debate entre
la izquierda estatista y la izquierda democrática moderna peruana
Parte 1
En los últimos tres años, las izquierdas estatistas peruanas vienen ensayando la hipótesis del fracaso de la “República Empresarial” como un ensayo teórico para explicar:
a) El grave proceso de Mega Corrupción estatal que acabamos de vivir en los últimos 10 años fundamentalmente, donde el mecanismo del poder económico fue copar directamente el Estado, y
b) Para soslayar su directa responsabilidad política en este proceso de uso de la política y de influencia en la sociedad (como señala bien Francisco Durand) para facilitar la captura delictiva de los recursos públicos por parte de Transnacionales asociadas a ellas por recomendaciones ideológicas en la región.
El argumento conceptual de la República Empresarial permite abordar correctamente el análisis del proceso de copamiento del Estado y los medios de comunicación por parte de las Corporaciones Transnacionales asociadas con el poder económico de sectores empresariales peruanos (no todos, hacemos nosotros la anotación y deslinde) para apropiarse delictivamente de los recursos públicos. Desde esa perspectiva, el análisis que hace Francisco Durand y John Crabtree es básicamente correcta (ver entrevista en el Portal Ojo Público*)
Sin embargo, esta perspectiva tiene dos grandes limitaciones, la 1ra ideológica y la segunda de naturaleza política.
La limitación ideológica es que atribuye la Mega Corrupción al Modelo económico. Bota el niño con la bañera. Desde esta perspectiva, el problema es inherente al sistema, al modelo de libre mercado. Por eso el nombre de la República Empresarial. Si esto fuera cierto, entonces en otras sociedades y países se hubiera dado este mismo proceso, lo cual no es cierto. La evidencia muestra que es más un rótulo ideológico que una categoría explicativa de la realidad. Aparece entonces el fustán ideológico del estatismo autoritario latinoamericano que tiene historia: la sección de la III Internacional combatió duramente a Haya de la Torre y a Mariategui, el socialismo realmente existente soviético asociado al foquismo Castrista, el Socialismo del Siglo XXI del delirante Comandante Chávez, y el experimento populista corrupto del Lulismo del PT y del Foro de Sao Paulo.
Pretender responsabilizar al Mercado y al Empresariado nacional de lo vivido en el país es equivocado. El Perú necesita, por el contrario, más mercado, más libre competencia, más inversión privada que genere empleo, más reglas e institucionalidad que permita la predictibilidad a las inversiones, especialmente para el empresariado nacional emergente y mediano. La apertura del mercado es uno de los principales factores (no el único) en la gran reducción de la pobreza, el crecimiento de las clases medias y la emergencia de los emprendedores populares. La sociedad popular provinciana desea democracia y capitalismo. Naturalmente que esto no excluye su apuesta por la comunidad y la solidaridad. El enfoque Estatista no es el correcto y no empata con la cultura económica popular peruana.
La limitación política es que en verdad, el concepto de la “República Empresarial” es una movida “académica” para ocultar la responsabilidad política directa de las izquierdas peruanas y latinoamericanas en la Mega Corrupción que hemos vivido. En economía eso se llama externalizar costos. Externalizar responsabilidades en este caso. Creyeron encontrar su Becerro de Oro a quien echarle sus propias culpas. La Academia (Francke, Duran) vaciada de contenido y al servicio de una opción política manchada de corrupción.
Lo que ha fracasado en el Perú no es la “República Empresarial”. Lo que ha fracasado es la “República Plutocrática”, heredera directa de la República Aristocrática del siglo pasado.
Ese análisis que crea la categoría de “República Plutocrática” corresponde a una mirada social demócrata moderna, seria, liberal y social, apoyada en evidencias, que será motivo de análisis en la 2da parte de este artículo.
* Francischttp://ojo-publico.com/481/francisco-durand-ahora-estamos-en-la-republica-empresarialo Durand: "Ahora estamos en la república empresarial"