La energía geotérmica es un tipo de energía que aprovecha el calor interno de la tierra para diferentes usos como la generación eléctrica, calentamiento de hogares e invernaderos, piscicultura, esparcimiento, entre otros. Entre todos ellos, la generación eléctrica es uno de los usos más valiosos y el Perú cuenta con un estimado de 2860 MWe de potencia para la producción de electricidad. Sin embargo, hasta ahora no existe ninguna central geotérmica operando en el país. Cuando se les pregunta a representantes del gobierno sobre el desarrollo de la geotermia para abastecer el mercado eléctrico peruano, la respuesta es que ésta es una tecnología que requiere de mayores estudios o que involucra demasiada inversión durante la fase exploratoria. Y esto es cierto, pese que el INGEMMET en asociación con diferentes organizaciones internacionales y el MINEM, han llevado a cabo diversos estudios exploratorios superficiales por los últimos 40 años, el desarrollo geotérmico requiere de exploraciones a profundidad que conllevan grandes riesgos y cuyos costos son elevados. Sin embargo, la principal barrera para esta tecnología es que el Estado aún no cree en ella como una fuente importante para satisfacer el mercado eléctrico, lo que desencadena en falta de recursos económicos y humanos para su promoción.
Para empezar a darle un rumbo a la geotermia en el país, tanto el Estado como empresas privadas deben tener en cuenta las siguientes características del recurso geotérmico del Perú. En primer lugar, debe precisarse que existen seis zonas con potencial geotérmico en el país, ubicadas principalmente a lo largo de la cordillera de los Andes. De estas zonas, la región Sur es la que cuenta con mayor potencial, especialmente en las regiones Tacna, Moquegua, Puno y Arequipa, que coincidentemente, son las que experimentarán los mayores incrementos en la demanda eléctrica en los próximos años.
En segundo lugar, se debe resaltar que existe una estrecha relación entre recursos minerales y geotérmicos, por lo que las zonas con potencial geotérmico se encuentran muy cerca de los principales proyectos mineros del país, generalmente en zonas de gran altitud, difícil acceso y con carencia de recursos hídricos. Estos datos son muy importantes, pues la geotermia podría ser una gran fuente para la provisión de energía eléctrica a compañías mineras, ya que cumple con sus principales requisitos: es una fuente cercana, brinda energía confiable (las 24 horas del día) y tiene un bajo o nulo consumo de agua durante la operación. Adicionalmente, las centrales geotérmicas permitirían a las empresas mineras reducir la dependencia de la fluctuación de los precios de combustibles fósiles como el petróleo.
Por otro lado, la mayor parte de áreas geotérmicas (69%) tienen un potencial menor a 50 MW, lo que quiere decir que para su desarrollo se debe buscar la instalación de plantas de mediana o pequeña escala. Esto a la vez puede considerarse una ventaja, pues puede lograrse el desarrollo de centrales geotérmicas en módulos con bajo impacto ambiental, menores tiempos de puesta en operación, menor riesgo exploratorio y mayor facilidad de transporte de equipos.
Una de las características más importantes de la geotermia es que es una fuente renovable y con bajas emisiones de carbono en comparación con centrales térmicas a diésel o gas natural, por lo tanto su impulso nos permitiría reducir nuestras emisiones y en el caso de empresas privadas que quieran establecer contratos a largo plazo para la compra de energía eléctrica, la geotermia les brindaría una imagen de responsabilidad ambiental y mejoraría las relaciones con comunidades aledañas.
Por último, la energía geotérmica produce beneficios adicionales como la generación de vapor, el cual puede utilizarse en un sistema de cascada para el calentamiento de hogares, invernaderos, piscicultura y crianza de animales y, dado que las áreas con potencial geotérmico se encuentran en zonas de gran altitud y bajas temperaturas, con poca presencia del Estado y de programas sociales, éste constituye un gran beneficio para las comunidades altoandinas.
Con todo esto en mente, debemos acelerar la promoción de geotermia en el país y brindarle un marco regulatorio adecuado para poder lograr su inclusión en la matriz energética en los próximos años.