Punto de Encuentro

¿Es idónea la segregación de sexo en el transporte público en la ciudad de México?

Anahí Silva Tosca[1]

México se ha posicionado como un país líder en América Latina en la implementación de programas destinados a combatir la violencia sexual contra las mujeres en el transporte público. Uno de los más destacados es la segregación de hombres y mujeres en la Ciudad de México (CDMX) que se implementó por primera vez en el metro de dicha Ciudad hace más de 50 años y comenzó como una medida limitada a ciertas áreas y horarios. Actualmente, todos los vagones del metro, así como del metrobus, cuentan con zonas exclusivas para mujeres y niños, que operan todos los días de la semana en todos los horarios.

El programa de segregación se fundamenta en el artículo 230, fracción XIX del Reglamento de la Ley de Movilidad de la Ciudad de México, que prohíbe a los usuarios hombres viajar en los vagones exclusivos para mujeres y niños menores de 12 años, en caso de incumplimiento se aplican las sanciones estipuladas en la Ley de Cultura Cívica que pueden ser multa, arresto por algunas horas o trabajo comunitario.

Asimismo, la política en comento, gestada y continuada por el Poder Ejecutivo de la CDMX, se justifica en ser una medida especial o acción afirmativa, que conducirá a la eliminación de la violencia sexual que viven las mujeres en el transporte público. En ese sentido, la política es plausible, en lo que hace al principio de transversalidad en el urbanismo, ya que incorpora la perspectiva de género en un ámbito que anteriormente no se asociaba con este tema. Sin embargo, es fundamental cuestionarse si dicha política es idónea en términos de lo que es una medida especial o acción afirmativa, o, si por el contrario, es una medida desproporcional.

Debe recordar que las medidas especiales son un conjunto de acciones temporales para remediar la situación de discriminación de ciertos grupos, considerando su propia situación de desventaja para favorecerlos. En ese tenor, estas acciones permitirán dar un trato diferenciado a los grupos en situación de vulnerabilidad, empero, no deben considerarse como una justificación para establecer acciones discriminatorias.

Así, el Committee on the Elimination of Racial Discrimination (CERD) en su Recomendación General 32, en el año 2009, señaló como limitaciones a este tipo de medidas que no sean permanentes y que no concedan derechos distintos a diferentes grupos. En relación a este último, remarcó la reprobación de prácticas como el apartheid y la segregación.

La CEPAL ha señalado que las políticas de segregación pueden perpetuar estigmas y mantener a las mujeres en un estado de vulnerabilidad. Al crear un espacio "seguro" para ellas, se desatiende el hecho de que la violencia de género es un problema que debe ser enfrentado en su totalidad, y no a través de medidas que perpetúan la idea de que las mujeres son las responsables de su propia seguridad.

El caso de la CDMX es preocupante porque se advierte una notable discrepancia entre lo que se establece como medidas especiales y la práctica implementada. En primer lugar, se está frente a una política que segregación, lo cual no es aceptable en una medida especial. En segundo lugar, la política no se presenta como una medida provisional, sino como una estrategia permanente de protección a las mujeres. Lo que también deja en evidencia que, a lo largo de cinco décadas, no se cuenta con un plan a largo plazo para eliminar la segregación en un tiempo razonable. Finalmente, deja de un lado que, si bien es cierto que el hecho de ser mujer es un factor de riesgo cuando se trata de violencia en el transporte público, el problema a atender no es el “ser mujer”, sino el escenario poco adecuado que alimenta al problema. En donde cobraría importancia valorar las condiciones de infrastructura y número de personas usuarias, y apostar por una movilidad sustentable.

Por lo cual, separar a hombres y mujeres en una zona específica en donde conviven ambos grupos, para proteger a las mujeres de los hombres, lejos de construir la igualdad fortalece ideas erróneas sobre la vulnerabilidad de las mujeres y la peligrosidad de los hombres. El problema de la violencia hacia las mujeres en el transporte público en la CDMX es una realidad que debe atenderse de manera urgente a través de un plan estratégico a largo plazo que permita eliminar, paulatinamente, la política de segregación.

[1] LL.M. en Ciències Jurídiques por la Universitat Pompeu Fabra. Estudios de especialización en Giustizia Costituzionale e Tutela Giurisdizionale dei Diritti por la Università  di Pisa, así como, en Género y Políticas de Igualdad por la UNAM. Abogada por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Líneas de interés: género (medidas especiales y perspectiva), matrimonio igualitario, situaciones de pobreza y desarrollo.

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