No soy blanca ni negra, creo que estoy cerca del medio y es una opinión que a veces a varía de acuerdo a quien me esté observando…
Tengo que empezar esta vez especificando que no tengo a ninguno de eso dos tipos de piel porque no quiero que la columna tenga olorcito a parcialidad, si por algo quiero que me recuerden es porque puedo escribir sin que parezca que los obligo a pensar lo que a mí me conviene, aún no quiero parecerme a Vizcarra, descuiden.
Voy a iniciar siendo lo más sincera posible aunque eso me traiga la muerte social, pero la realidad es que escribir esto de veras me resulta hipócrita para una persona que se ha reído de chistes racista muchas veces, ¿Cómo podría yo escribir algo sobre la raza negra? ¿Con qué cara puedo referirme a este tema? Cuando vi las primeras publicaciones, tweets y noticias al respecto pensé “¡Qué sensibles! ¿En serio cree la gente que el racismo viene del isotipo de una marca de mazamorra? Y así, y así; me iba resultando jocoso el reclamo de tanta gente afro peruana apoyando este cambio en la imagen de un producto, ¿Tanto podría dolerles el dibujo de una negrita cocinera? Una semana después del caso ‘Negrita’ apareció Jarí Jones como la nueva imagen de Calvin Klein y mi cabeza explotó, por la simple razón de que veía a mucha gente afro descendiente aplaudir la inclusión de una mujer trans y negra como imagen de un marca y ahí estaba el meollo del asunto: ¿Por qué la comunidad afro aplaudía que una mujer negra sea imagen de una marca y le molestaba la caricatura de otra? ¿Qué estaba haciendo el marketing actual con nuestras mentes?
Podemos resumir el marketing como un conjunto de actividades destinadas a satisfacer las necesidades y deseos de los mercados a cambio de una utilidad o beneficio para las empresas. Entonces el marketing estudia el comportamiento del mercado antes de establecer estrategias de ventas. Si nos apegamos a este concepto las nuevas estrategias de marketing han cambiado o ya lo están haciendo, solo retrocedamos algunos años y podremos ver miles de campañas publicitarias donde primaba la publicidad aspiracional, el deseo de poder ser esbelto, bello y exitoso asociado con la ropa o con lo que se intentaba vender. Por muchos años se nos planteó un sueño y deseo de querer llegar a vernos como los modelos de nuestras marcas preferidas (ya sean de ropa o de cualquier producto), pero ahora ¿Queremos vernos de la manera más real posible? ¿Estamos aceptándonos? Las marcas ya no nos quieres decir “COMPRANDO MI PRODUCTO PODRÁS LUCIR IGUAL DE BELLA QUE MI MODELO” sino “TÚ NOS REPESENTAS A NOSOTROS” ¿Y acaso no es eso lo que hizo Negrita con la imagen de su producto? ¿Está mal si un negro sale en un producto hecho para la cocina, pero está bien si sale para una marca de ropa? Aún no entendía por dónde iba el malestar, así que decidí practicar esa palabrita que está de moda en mis grupitos de whatsapp y que casi nadie practica en serio: EMPATÍA.
Veo millones de personas y publicaciones que se refieren a ser empáticos, pero lo que no se dice de esta palabra es que la empatía no es nada fácil de poner en marcha, porque tienes que ir en contra de lo que ya piensas. Si algo que le está sucediendo a una persona ajena a ti te da pena, no significa que estas siendo empático, solo estas sintiendo. La empatía parte inicialmente de cuestionar si tu opinión es correcta y luego imaginarte a ti mismo en la situación que tanto estas juzgando. La empatía es la búsqueda de una verdad que va más allá de esos conceptos que aprendiste de niño. Como ejemplo cito a George Floyd, creo a miles de chinos, blancos, trigueños, etc. nos pareció algo cruel y muy duro ver el video de su muerte. George era negro y de otro país y miles de personas apoyaron el Black Lives Matter ¿Y qué creyeron? ¿Qué eran empáticos? ¡Claro que no! Por la simple razón que no fue difícil sentir el dolor al ver lo que le sucedía a ese hombre, la verdadera empatía radica en esa lucha difícil contra tus propios juicios para poder abrir tu mente a un panorama mucho más amplio, es difícil sí, pero no imposible, y empecé.
Inicié viendo quiénes estaban en desacuerdo del cambio de la marca “Negrita” y para mi sorpresa la mayoría no eran negros; luego pasé a recordar si alguna vez me sentí juzgada con algo que tenga que ver con mi físico y no con mis acciones y ¡Sí! ahí estaba más cerca. Recordé cuando hace 3 años subí 15 kilos de peso y miles de “amigos” y familiares en vez de decirme “HOLA” iniciaban a hablarme con la frase “ESTAS GORDA” y fue horrible, tal vez un negro o negra sentiría más o menos eso que yo sentí, pero ellos durante toda su vida. El prejuicio, las miradas incomodas, los insultos que en cualquier discusión siempre iban hacia tu físico. Mi búsqueda de la empatía estaba cerca, pero no tanto, yo aún no me sentía negra o lo suficientemente habilitada para escribir. Después del largo conflicto entre mi parte más tonta y mi parte que quiere cambiar el mundo encontré la solución y elegí darle voz a los verdaderos “afectados”: dos personas negras.
Decidí entrevistar 2 personas, un hombre y una mujer para que no me digan machista ni feminista, alguien que esté a favor del cambio de imagen de Negrita y alguien que no.
Planteé las siguientes preguntas y estas fueron las respuestas de ambos:
Salvatore: sí
Fiorella: sí
Salvatore: Moreno; negro sólo para alguien de confianza y dependiendo de la forma en la que me lo digan
Fiorella: Morena, porque mi nombres es morena
Salvatore: sí
Fiorella: sí, varias veces, en primaria sobre todo, muchas miradas y comentarios despectivos; me dijeron una vez “Negra Mazamorrera”.
Salvatore: cuando estaba en la secundaria, una chica de forma despectiva me decía negro, estábamos entregando un trabajo y ella estaba detrás de mí y me dijo “sal negro”, me sentí discriminado.
Fiorella: Por lo general yo dejo pasar las cosas, no es que lo episodios me marquen, pero coincidentemente en discusiones o si me reclaman algo se repite la frase “¡Cállate, negra de mierda!”, personalmente me da igual, pero sí es algo que se repite, es bien marcado.
Salvatore: si ha pasado creo que habrá sido de chico
Fiorella: no, no me he sentido mal
Salvatore: creo que es igual, para mi es igual
Fiorella: creo que se discrimina a ambos, pero en el Perú más a los cholos, a las personas mestizas les dicen cholos a los que no son blancos ni negros de inmediato les dicen cholos
Salvatore: no estoy de acuerdo, porque genera más morbo y más racismo el quitarle el nombre al producto, creo que todo depende de cómo piensan las personas y como las educan, quitarle el nombre a un producto es tonto para mí, creo que no cambianada, la mentalidad de las personas que discriminan seguirá igual, seguirán llamando negro al negro, cholo al cholo y blanco al blanco. La discriminación va más allá del dibujo de una negrita dentro de un empaque.
Fiorella: sí estoy de acuerdo, porque ya viene años mostrando la imagen de una persona negra en su marca, y eso se presta a muchas burlas a mucho Bullying, nos adjudican la frase “negrita mazamorrera” porque vieron la imagen de ese empaque, me parece que es un cambio positivo. Más que todo yo digo que deben cambiar la imagen, el nombre puede quedar, pero no necesitan ponerle la imagen de una persona, el estereotipo de la raza de una persona porque es lo que más se presta para las bromas.
Salvatore: da igual, la gente puede poner el nombre que quiera a sus productos
Fiorella: sí estaría de acuerdo con el cambio de nombre.
Salvatore: creo uno debe aceptarse tal cual, el hecho de que hayas nacido con una piel negra no significa que eres diferente al resto de personas. Creo que ellos deberían darse cuenta que la aceptación empieza con eso. Hacer un cambio en la mazamorra después de tanto tiempo llama otra vez a decir a la personas“negro mazamorrero”, esto no va cambiar nada, es más creo queesto sólo va ponernos en la mira otra vez, es contraproducente.
Fiorella: tienen que pasar lo que yo he pasado para que puedan ponerse en mi posición, todo lo que no le pasa a los otros “es normal”, la mayoría de los que piensan que es exagerado no son afro descendientes, quienes queremos el cambio somos en su mayoría los afroperuanos, pero a la gente le falta empatía, no se ponen a pensar que a mí me podrían hacer bromas pesadas porque a ellos no les afectará, pero todo esto se esconde bajo la “broma”.
Fiorella Timorán y Salvatore Godinez, son dos personas a las que conozco, son dos amigos de la secundaria, la piel de ambos es negra, tienen casi la misma edad, ambos han pasado por episodios racistas; sin embargo no tienen el mismo punto de vista con respecto a este tema y a la vez ambos tiene razón, cada uno maneja un enfoque propio y cada uno eligió lo que le afecta o no, lo que quieren cambiar o lo que quieren dejar pasar. No podría darle la razón absoluta a ninguno, pero tampoco dejar de oírlos.
Es bastante claro, que algunas minorías por fin están teniendo notoriedad en varios ámbitos comerciales y sociales, sin embargo el camino es largo y tendrá tropiezos, ya que en cualquier cambio existen los extremistas, pero podemos contenerlos para seguir avanzando firmes. Tal vez en unos años podremos ver niños autistas en comerciales, o se empiece a enseñar en los colegios el lenguaje de señas para comunicarnos con personas mudas, y tal vez también se piense más en las personas con baja estatura o en los ciegos. Hay millones de minorías, los gays y los negros no son las únicas, pero si hay que empezar por ellos para que la verdadera inclusión llegue a un país como el nuestro, entonces podemos dejar de alarmarnos por un cambio de imagen que nunca nos generó el insulto ¡Negra Mazamorrera! Ya que estuvimos siempre del otro lado.
El racismo existe sí, dejará de existir, no lo sabemos; pero si empezáramos a vernos como una única raza: LA RAZA HUMANA, si en verdad nos bombardearan con la mejor estrategia de marketing jamás antes vista para entender ese concepto podríamos avanzar sin ver diferencias. Por otro lado quienes pensaban como yo, que esto era una exageración tonta y que no tenían por qué cambiar de parecer, pues les digo que no somos malos por defender nuestras ideas, pero si somos TONTOS cuando creemos tener siempre la razón. Me ha sido bastante complicado encontrar una verdadera opinión, libre de mi latente racismo, ese que siempre he defendido indicando que “tengo derecho a expresar mi opinión libremente aunque no le agrade a todo el mundo”, pero eso seguramente también se repetía aquel tío mío - que una vez me dijo que parecía una ballena – para creerse que sólo estaba siendo “chistoso”; no quiero repetir el patrón de las personas que me hicieron sentir fatal, al final si una marca de mazamorra cambia ¿Realmente afecta mi vida personal? ¿Le cambiará el sabor al producto? ¿Hará sentir mejor a otras personas? Cuando pude responderme estas 3 preguntas supe POR FIN que a veces es mucho más VALIOSO y ÉMPATICO no dar juicio de algo que no hemos vivido y dejar que las verdaderas voces afectadas hablen, porque al fin y al cabo: yo no soy blanca ni negra, creo que estoy cerca del medio y es una opinión que a veces a varía de acuerdo a quien me esté observando…
Orwue la gente encuentra tanta satisfacción en la miseria de los otros?