Ante el fiscal Germán Juárez Atoche, Marcelo Oderebcht ex CEO de la empresa brasileña, ha reafirmado que entregó US$3 millones a Ollanta Humala y Nadine Heredia para la campaña electoral del 2011. A la reafimación de Odebrecht se le debe añadir las declaraciones de Jorge Baratta, quien sostuvo que entregó a la propia Nadine Heredia en un departamento en Miraflores el dinero correspondiente. La situación de la ex pareja presidencial se ha complicado hasta el punto de que uno de sus abogados, el ex congresista Gastañadui, en una melancólica resignación dijo que sería “un galardón” que la ex pareja presidencial termine en una prisión. Sin duda se le viene la noche para la ex pareja presidencial
Todos los analistas del derecho sostienen que el siguiente paso de la Fiscalía será solicitar ante el Poder Judicial la prisión preventiva a los Humala Heredia mientras duren las investigaciones. Entonces, no sería ninguna sorpresa que el Poder Judicial estaría otorgando en los próximos días la prisión preventiva para la ex pareja presidencial. Así, habría empezado el principio del fin para quienes algún día dijeron que la honestidad era la diferencia.
De alguna manera, la democracia en el Perú-y sus instituciones- se consolidan a pesar de quienes quieren pervertirla. El mensaje es claro y directo. Una democracia se sostiene no solo en el balance de los poderes y el respeto al Estado del derechopero además en el principio de que todo ciudadano es igual ante la ley. No es cosa nueva lo que vemos. En el pasado, la democracia peruana condenó a la cárcel no solo a un ex presidente –Alberto Fujimori- sino a generales de cuatro estrellas y oficiales de la armada, así como a funcionarios estatales que usaron de forma autoritaria el poder que se les concedió.
En ningún país latinoamericano ha sucedido lo que en el Perú. De allí que podemos decir con claridad que a pesar de las marchas y contra marchas el sistema de justicia –es decir la democracia- funciona. En todo caso palmas para el Perú y sus instituciones.
No obstante, cuesta mucho decir que otro ex presidente deba ser encarcelado por actos tan lesivos. Humala no solo es Humala sino representa a una narrativa que por años había triunfado en el Perú y que parecía ser hegemónica. Humala, aupado por algunos medios de comunicación y periodistas, era el “anti” por naturaleza.
¿Podría el Perú haber investigado a los Humala si caía en las garras del chavismo? Lo dudamos. Hoy la democracia responde de forma contundente y a pesar de lo que afirman sus sepultureros, se mantiene firme.