Punto de Encuentro

Martha Chávez y Marisa Glave: hermanadas en la abogacía de Autoritarismos corruptos

 

Ambas son mujeres, apasionadas en lo que hacen, e inteligentes. Saben argumentar y usar la información que disponen en favor de sus afirmaciones sin matices. Son mediáticas, generan admiradores e incluso seguidores. Son invitadas a entrevistas en diferentes medios de comunicación y creen que su moral es superior a la moral de los demás.

Ambas han optado con pasión por la vida política. Son frontales en el debate político y creen que son dueñas de la verdad. En serio, como “su” verdad es “la” verdad, los que se oponen políticamente a ellas están en contra del Perú. Creen que los que no tienen “su” verdad, son un problema social y político. No debaten: pontifican. Ambas vivirían felices en una sociedad conformada sólo por sus seguidores o miembros de su color político; no entienden a los que políticamente piensan diferente de ellas, no reconocen, o reconocen muy poca legitimidad al pensamiento político alternativo.

Ambas combaten a Dictaduras, no porque crean sinceramente en los principios democráticos, sino, simplemente, porque no son “sus” Dictaduras. Han celebrado con entusiasmo el maltrato a la oposición política en que no creen (una sobre el Perú, la otra sobre Venezuela, Cuba y otros países con autoritarismos de izquierda). No dudan en justificar las razones de los autoritarismos que defienden, señalando a enemigos terribles y oscuros. Califican de la peor manera a quienes se oponen u opusieron a su autoritarismo preferido. Ambas creen que la Dictadura de su elección no es (o era) en verdad una dictadura, sino es (o era) un gobierno popular fuerte y que hace lo que hace (manipular el Poder Judicial, la Prensa, perseguir a la oposición judicialmente, etc.) por el bien de su país y de su sociedad. Ambas creen que en su Dictadura no había corrupción, menos mega corrupción, y que si la hubiera, sus líderes, son o eran, inocentes. Ambas son sinceras en estos puntos. Lo creen de verdad. En el fondo, son iguales, pero al revés.

Martha Chávez ha sido siempre del ala más dura del Fujimorismo. Marisa Glave ha sido siempre una Chavista incondicional, aprobando todas las tropelías autoritarias en nombre del socialismo del siglo XXI.  Por ello, la condena de Martha Chávez al autogolpe de Maduro es inconsistente. El deslinde de Marisa Glave con Maduro es penoso e insuficiente.  Ninguna es demócrata a carta cabal.

Pero la historia es sabia, y en sus detalles revela la verdadera naturaleza de los hechos políticos, mostrándolos con ironía. Hay un personaje oscuro, tenebroso, mediocre, cobarde, manipulador, inescrupuloso, que vincula a estos dos autoritarismos políticos y que públicamente ambas detestan. Que  revela con claridad la oscura naturaleza humana de sus respectivos dictadores al manejar el poder. Que vincula a Fujimori con Chávez. Que vincula directamente al Fujimori que idolatra Martha Chávez, con el Hugo Chávez que siempre defiende Marisa Glave: Vladimiro Montesinos.

Y… ambas son anti apristas.

François Novaro

Abogado y Analista Político

 

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