Se advierte que el exmandatario habría incurrido en un presunto encubrimiento y obstrucción de la justicia.
No hay crimen perfecto reza un popular refrán que hoy toma más fuerza que nunca. Emerson Fasabi, exempleado de Ollanta Humala, no murió a consecuencia de una pancreatitis, fue asesinado. Y en este caso, el expresidente y su entorno habrían incurrido en un presunto encubrimiento.
Así lo revela el preinforme final de la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso de la República al que EXPRESO tuvo acceso en exclusiva.
El documento revela la existencia de evidencias respecto a que el entonces presidente Ollanta Humala habría sido “la persona que encomendó y financió” las acciones realizadas por su exchofer, Juan José Peñafiel Reyes, propiciando la alteración de la escena del crimen y la pérdida de evidencia criminalística.
La muerte de Fasabi siempre estuvo relacionada con la entrega a la prensa de las famosas agendas de Nadine Heredia, porque ocurrió poco después que esos diarios personales desaparecieran de la residencia de la otrora pareja presidencial.
Se concluye que Fasabi tuvo una relación laboral con Humala hasta el mismo día de su muerte, tal como lo han manifestado diversos testigos, y por el hecho que la ex primera dama lo menciona en sus agendas.
Asimismo se determina que el examen de necropsia que se practicó al cadáver fue deficiente, porque no se describieron la totalidad de signos que presentaba el cuerpo. “Las fotografías forenses no llevan fecha ni hora, tampoco se tomó correctamente las muestras corporales”, se precisa.
En la primera conclusión del informe congresal –que será sometido a votación la próxima semana–, se precisa que el deceso de Emerson Fasabi Moscovich fue “del tipo homicida” generado por la ingesta de una sustancia tóxica.
En ese sentido, se descarta la teoría que se construyó en torno a esta muerte y por la cual se establecía que el exempleado de la familia Humala-Heredia habría fallecido debido a la ingesta de alcohol etílico.
Un detalle adicional al que arriba la referida comisión, es que la muerte de Fasabi se habría producido el 21 de julio de 2015 en un rango de horas comprendido entre las 9 de la noche y la 3 de la madrugada del día siguiente.
Mediante el preinforme se confirma que, una vez encontrado el cadáver –a las 11 de la mañana del 22 de julio en el cuarto que alquilaba–, Humala fue el que financió los gastos de traslado del cuerpo a través de su chofer Juan José Peñafiel Reyes.
Pero lo más grave está especificado en la conclusión 3 del referido documento, en la que se acredita que la escena del crimen “fue manipulada y alterada”, de acuerdo con la constatación que hizo la perito policial Carmen Angélica Muñante Palomino
En su informe pericial, ella establece que observó prendas de vestir en el piso con signos de registro. “Es decir, se puede presumir razonablemente que la persona que habría realizado la alteración y/o manipulación estuvo realizando una búsqueda”, se indica en el preinforme.
No obstante se establece que Muñante Palomino también habría incurrido en el presunto delito de encubrimiento real [artículo 405 del Código Penal] porque realizó un trabajo deficiente al no perennizar la escena del crimen con la toma de fotografías.
Además se concluye que Peñafiel Reyes y el testigo Carlos Armando Corzo [quien inicialmente dijo a la policía que fue él quien encontró el cadáver] también habrían incurrido en los presuntos delitos de encubrimiento real, obstrucción a la justicia y falsedad genérica.
COMPROMETIDOS
Las investigaciones de la Comisión de Fiscalización sobre el caso de Emerson Fasabi revelan, también, que el suboficial PNP Zenner Manuel Chávez Araujo (Divincri) habría ocultado evidencias criminalísticas, entre las que se incluyen dos celulares encontrados en la escena del crimen.
Con ello impidió –se indica– que el fiscal del caso realice las diligencias pertinentes, en la medida que no se percató de la existencia del referido material probatorio. El hecho es que los teléfonos no fueron sometidos a análisis para extraer la información que contenían.
De igual manera se pone en evidencia que Peñafiel Reyes y Osvaldo Otiniano Pillaca habrían actuado en conjunto para realizar los trámites “con visos de irregularidad” ante el Ministerio Público y la Policía para retirar y trasladar el cadáver de Fasabi.
Pero la cosa no queda allí. Las investigaciones efectuadas por la Comisión de Fiscalización revelan que el fiscal provincial encargado del caso, Fidel Castro Chirinos, “ha demostrado una conducta poco diligente en el desempeño de su función como director de la investigación penal”.
Y la lista continúa, porque en la conclusión 17 del citado preinforme se menciona la existencia de indicios que certificarían la participación del entonces asesor de Palacio de Gobierno Wilfredo Pedraza Sierra. Asimismo se menciona a Cynthia Montes, exjefa de prensa de Humala.
En el caso del exministro del Interior José Pérez Guadalupe, se indica que habría faltado a sus deberes éticos al haber declarado públicamente que Emerson Fasabi no tenía ningún vínculo con la familia Humala Heredia.
ENVENENADO
Para el médico legista David Ruiz Vela, la muerte de Emerson Fasabi no fue natural, ya que la descripción que aparece en el informe forense corresponde a una sustancia tóxica, conocida vulgarmente como veneno.
“Si digo que hay una pancreatitis eso es producido por algo que puede ser múltiple, es una respuesta a un tóxico, o sea el cerebro se inflama y produce hemorragias en el páncreas o edema pulmonar”, indicó.
De acuerdo a Ruiz Vela no es posible que un sangrado en el páncreas produzca un edema cerebral. Por el contrario, afirma que el uso de un veneno explica las causas del deceso de Fasabi. “El tóxico circula por todo el cuerpo y cada órgano responde en forma diferente, depende del tipo de tóxico y el tipo de órgano”, precisó.
El médico forense también indicó que aun si se exhumara el cadáver de Fasabi, ahora sería muy difícil descubrir el tipo de tóxico utilizado ya que muchos de ellos están hechos para degradarse en la putrefacción de un cadáver.
Ruiz Vela aseguró que en la actualidad no se estaría realizando ninguna prueba toxicológica en el Ministerio Público ya que esta área se encuentra completamente desactualizada.
RECOMENDACIÓN
El preinforme de la Comisión de Fiscalización sobre el caso de Emerson Fasabi recomienda remitir todo lo actuado a la Fiscalía de la Nación, a fin que se investigue a Ollanta Humala y a Juan José Peñafiel, entre otros, por encubrimiento.
Asimismo se recomienda que el Ministerio Público se pronuncie sobre los indicios que vinculan a Humala con el presunto delito de obstrucción de la justicia.
En lo que respecta a la falsedad genérica, la Comisión de Fiscalización solicita a la Fiscalía que se pronuncie sobre los indicios que involucra a Juan José Peñafiel y a Humala, además de otros en la presunta comisión de este delito.
INCONGRUENCIAS
Emerson Fasabi fue un exsoldado del Ejército Peruano; muerto en extrañas circunstancias el 22 de julio de 2015 en el pequeño cuarto que alquilaba en la calle Manuel Castrat Nº 100, frente a la vivienda de Ollanta Humala y Nadine Heredia.
El cuerpo de Fasabi ingresó a la Morgue Central de Lima ese mismo día y los médicos legistas determinaron que su muerte se produjo a consecuencia de una pancreatitis aguda, producto de unas hemorragias de pulmón y páncreas, y que tenía también inflamado el cerebro y el hígado.
De acuerdo con las declaraciones de familiares y trabajadores de la calle Castrat, él fue empleado de los Humala Heredia por ocho años. Al hacerse público su deceso, la ex pareja presidencial negó todo vínculo laboral con él.
En torno a su muerte hubo varias cosas extrañas. Por ejemplo, Juan José Peñafiel Reyes aseguró haber sido el primero en encontrarlo “en el suelo, junto a su cama”.
Sin embargo, el propietario del inmueble, Carlos Corzo Alva, afirmó, ante la Divincri-Surco, que fue él quien halló el cuerpo encima de la cama.
Además, Peñafiel Reyes declaró ser un trabajador independiente dedicado a labores en Drywall, cuando realmente era el chofer del presidente de la República, Ollanta Humala.
Lo cierto es que su cuerpo permaneció en la Morgue por 15 días sin que sus primos pudieran reconocerlo porque no eran considerados como “parientes directos”.
Sin embargo, sus restos sí le fueron entregados a Juan José Peñafiel, quien se identificó como un amigo de la víctima. Éste, con la ayuda de Oswaldo Otiniano Villaca, también chofer presidencial, viajó en avión hasta Tahuanía, en la provincia de Atalaya (Ucayali) para entregar el cadáver a su madre dentro de un féretro blanco.
El primero en salir a declarar fue el presidente Ollanta Humala, quien, categórico, negó que Fasabi Moscovich haya trabajado para él. Luego, ante las diversas evidencias tuvo que cambiar su versión.
Y es que entre las pertenencias de Fasabi que le entregaron a Olimpia Moscovich [madre de Emerson] se encontraron fotografías suyas dentro de la casa de Castrat Nº 195 donde vivía el expresidente.
También halló una carta dirigida a Nadine Heredia, en febrero del 2014, por una militante nacionalista; un escapulario que le entregó la madre de Nadine Heredia, Flor Alarcón viuda de Heredia; como recuerdo de una misa ofrecida en honor a la Virgen del Rosario, en octubre del 2013.
Dos recibos por honorarios profesionales emitidos en el 2014 por Oswaldo Otiniano; y fotocopias de DNI y brevetes de civiles que trabajaban en el entorno próximo al gobernante.
“LA ORDEN VINO DE PALACIO”
El excongresista Omar Chehade aseguró a EXPRESO que existen indicios razonables para creer que la orden de asesinar a Emerson Fasabi provino de Palacio de Gobierno, ya que en ese momento la pareja presidencial estaba desesperada porque habían desaparecido las agendas de Nadine Heredia.
“Es evidente que Palacio tuvo mucho que ver. El trasladarlo –a través de un avión del Ejército Peruano– hacia la localidad donde vive la familia de Fasabi; que el chofer Juan José Peñafiel dé una conferencia dentro de las instalaciones de Palacio de Gobierno, acompañado por la entonces jefa de prensa Cynthia Montes y Wilfredo Pedraza; todo eso daba a entender que se trataba de un homicidio y no se investigó”, señaló.
Para Chehade, no hay dudas que la muerte de Fasabi no fue natural, ya que –para cualquier penalista– los hechos ocurridos posteriores a su deceso concluyen en que se trató de un asesinato.
De acuerdo a Chehade, Fasabi sí trabajó para la familia Humala-Heredia por más de siete años, es decir, incluso antes que Ollanta Humala fuera elegido Jefe de Estado.
“Me consta [que trabajara para la pareja presidencial], porque cuando fui abogado de Humala antes que sea presidente lo veía como parte de la comitiva de seguridad del Partido Nacionalista”, indicó.
Por eso, para Chehade resultó ridículo que éstos negaran algún vínculo con Fasabi, o que incluso el propio José Luis Pérez Guadalupe [entonces ministro del Interior] salieran a declarar que el exmilitar no tenía ninguna relación laboral con el mandatario y su esposa.
El excongresista Álvaro Gutiérrez se ha referido en varias ocasiones a la a la extraña muerte de Emerson Fasabi. Para él, Fasabi fue asesinado y las agendas de Heredia habrían sido el detonante, porque, además, el extrabajador de los Humala tenía acceso a información clasificada.
(Fuente www.expreso.com.pe)