Nunca, al menos en el último sigo, un gobernante de una potencia le dedicó una carta a la población del Perú. El gesto de Xi Jinping es saludable para consolidar las relaciones entre la República Popular China y el Perú, sobre todo en este momento en que empiezan a llegar importantes inversiones en infraestructura al Perú dentro de su estrategia de penetración en Sudamérica.
Desde un análisis realista, el gesto de Xi Jinping tiene un valor importante, pero no debemos olvidar que los estados no tienen amigos, tienen intereses. Como dijimos anteriormente, Perú es, desde una perspectiva geopolítica, un país estratégico dentro de la visión de desarrollo comercial global de China.
Y si bien China tiene una clara estrategia por su propia posición de potencia mundial, Perú no muestra con claridad si tiene una estrategia en sus relaciones internacionales, pero, sobre todo, cuando se tiene que lidiar con países poderosos que se encuentran en una situación de competencia o conflicto. Lo que en otras épocas era una oportunidad ventajosa, hoy se observa con primas ideológicos.
La posición geográfica del Perú es privilegiada en este momento: la historia se estaría trasladando de la vieja Europa y el tráfico comercial del Atlántico a los ricos países de la región Asia-Pacífico. Y esto es una evidencia, no parte de una estrategia de posicionamiento regional. Finalmente, hay varias preguntas que debemos hacernos para entender nuestro rol en el futuro inmediato y no repetir errores del pasado: