Hace pocos días, en San Isidro, un hombre fue asesinado de cuatro balazos cuando transitaba por la Av. Camino Real. La víctima se desplazaba en un auto de lujo cuando fue sorprendido por cuatro disparos en plena calle.
Este hecho, parece revivir -guardando las distancias y circunstancias-, al atentado en la calle Tarata de Miraflores, que realizaron las huestes de sendero luminoso, y que trajo el horror de este conflicto a la zona central del Lima.
La delincuencia, especialmente el sicariato, se puede producir en cualquier lugar, hora del día, con testigos directos y envueltos en los acontecimientos, y ante la incapacidad del Estado para confrontarlo.
El Gobierno central no encontró mejor estrategia que declarar en situación de emergencia a 14 distritos de la capital y del Callao, estableciendo que la Policía Nacional del Perú mantendrá el control del orden interno con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Es posible que el número de operativos y la cantidad de detenidos tengan un incremento mayor, olvidando que la situación de las cárceles en el país ya no da para más.
Actualmente, se cuenta con 68 establecimientos penitenciarios a nivel nacional, diseñados para albergar a 41.019 reclusos.
Sin embargo, la cifra real de población penitenciaria asciende a 93.985, lo que deja un excedente de 52.966 presos sin el espacio adecuado para ser recluidos en condiciones adecuadas.
Ergo, necesitamos de dotar de una mayor capacidad a los penales para albergar al creciente número de reclusos que la justicia sancione.
Pero, además, es necesario erradicar la señal de internet de alta potencia que los detenidos hacen uso para continuar generando dinero, sembrando el terror, cometiendo delitos, dirigiendo sicariatos y extorsiones con total impunidad.
Es hora de que el Gobierno de Dina Baluarte marque un antes y un después es esta lucha que debe de ser, sin cuartel, contra las mafias de delincuentes que están sembrando el terror en todo el territorio nacional.
Es conocido y está documentado, que un importante número de extranjeros son los que planifican y ejecutan estos actos delictivos. De acuerdo con una encuesta de la Oficina Internacional para los Migrantes y el Ministerio Público Fiscalía de la Nación, 39% de encuestados en Lima Metropolitana vincula la población venezolana a actos delictivos.
Entonces hay que realizar acciones concretas contra este sector de la población migrante, para conocer su situación, medios de subsistencia, actividades a las que se dedican, y su participación en las mafias y en los delitos que a diario se cometen.
La comunidad conoce quienes son, en donde viven, a que se dedican, que hacen, etc. Labor de Inteligencia para focalizarlo y actuar en contra de ellos, investigándolos para conocer su poder adquisitivo, y decidiendo su expulsión si lo ameritan.
Un alcalde, ha propuesto al Ministerio del Interior la prohibición temporal de circulación de motocicletas en los distritos bajo estado de emergencia. Más práctico y efectivo sería ejecutar un control incisivo sobre estos vehículos. Comprobación de quienes las adquieren, si tienen la capacidad económica para hacerlo, y el uso que le darán.
Además, solo podrán ser conducidos por el propietario o por otra persona que deberá contar con un permiso aprobado por la policía. Quienes viajen llevando pasajeros, será similar el requisito de una autorización con aprobación policial.
Los motociclistas delivery, serán conducidos individualmente, y la caja donde llevan los alimentos, contar con el logo y una numeración de la empresa que autoriza y que será registrada en la policía para el control aleatorio.
Quienes incumplen estas reglas, sufrirán el decomiso del vehículo y en un plazo determinado, serian rematados.
La policía deberá organizar equipos de asesores para que apoyen a las victimas de amenazas de extorsión, y juntos creen condiciones adecuadas para el control y captura de los delincuentes. En esta tarea podrían participar la comunidad organizada y el apoyo de ONGs dedicadas a tareas similares.
En fin, hay muchas cosas por hacer. Desde pequeñas medidas que significan poco, pero en conjunto son grandes acciones.
Lo importante es que, todos debemos de comprometernos en esta lucha contra el delito y los delincuentes. Un pequeño grupo de éstos, no podrán contra los peruanos que ya hemos demostrado, frente a amenazas similares, que si podemos. Que así sea.