Por Antero Flores-Araoz
La situación de Venezuela es harto conocida, hay falta de trabajo, su moneda no vale nada, hay escasez, los venezolanos emigran por millones buscando nuevos horizontes, Maduro aparentemente fortificado y en muchas latitudes bajo los efectos del conformismo basado en antiguo adagio “No hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo resista”.
Bueno pues, la cuestión es accionar para acortar tiempos y ese accionar debe ser desde el ámbito nacional venezolano, el ámbito internacional principalmente concentrado en la OEA y, para los peruanos lo que podamos hacer desde nuestra patria.
En cuanto al ámbito venezolano, se advierte que el candidato embajador Edmundo Gonzáles Urrutia, contendor de Nicolás Maduro en las últimas elecciones de julio del presente año, solicitó y obtuvo asilo político en el reino de España. Esta situación ha generado desaliento en muchos sectores de la oposición venezolana pues lo ven como claudicación.
Si bien Gonzáles Urrutia no tiene la fortaleza, estado de ánimo, voluntarismo y conocimiento político de María Corina Machado, quien no pudo ser la candidata opositora en el país llanero, tiene la ventaja de su conocimiento y actuación internacional, y que por su profesión diplomática le sería menos difícil conseguir apoyos externos estando en Europa, lo que sería improbable desde Venezuela.
En la OEA, ni su Consejo Permanente ni su Asamblea, han emitido comunicados en apoyo al candidato Gonzáles Urrutia frente al fraude electoral de Maduro y sus seguidores. Si bien los comunicados no resuelven situaciones, ayudan a generar corriente de opinión y posible acción, por lo cual el secretario general de la OEA el 8 de setiembre ha emitido un pronunciamiento principista que por lo menos lava la cara a la actitud timorata de muchos de los países integrantes de la Organización de Estados Americanos.
Respecto al Perú, a diferencia de la OEA que ha virado de una posición contemplativa a una más activa encabezada por su secretario general, aquí hemos pasado de una firme y de voz potente, a una exageradamente conservadora que evita enfrentamientos y se caracteriza por su tibieza.
En la OEA se advierte un cambio de menos a más, mientras en el Perú la variación es de más a menos, lo que en alguna medida rompe la línea conductual que estaba anteriormente fijada.
Somos conscientes que desde el exterior de Venezuela será dificilísimo cambiar su situación, pero sin duda alguna ayuda a mantener vigente la protesta y que se logre recuperar la tan dañada Democracia que antaño tuvo ése país hermano.
María Corina Machado sigue demostrando que es una lideresa de polendas, a la que hay que seguir ayudando y cuidando, pues a futuro es la llamada a sacar a Venezuela del caos en que se encuentra.