Por Antero Flores-Araoz
En anterior artículo tratamos el tema de la informalidad laboral y también empresarial, en que muchísimas personas al no encontrar trabajo y sin por supuesto voluntad de integrar las largas listas de desempleados, opta por emprendimientos personales, la gran mayoría bastante elementales y principalmente en el sector comercio ambulatorio.
Los emprendedores a que nos referimos tienen mucho mérito, pues son en la práctica trabajadores independientes, en buena cuenta dependen de ellos mismos y, con el correr del tiempo van variando de sus actividades comerciales a otras en que existe bastante ingenio y escalan posiciones en otros rubros, como pueden ser negocios de expendio de comidas, reparación de vehículos y maquinarias, así como la fabricación de objetos bastante simples. Todas ésas actividades, por cierto informales.
En dicho artículo de opinión, nos permitimos sugerir que en las escuelas se pudiera enseñar las bondades de la formalización emprendedora, que permitirá que la comercialización de sus productos llegue a compradores formales a los que puedan dar comprobantes de pago aceptables por su contabilidad y por la administración tributaria y, teniendo en cuenta que el pago de tributos ayudará a que el Estado pueda hacer más obras públicas y mejorar los servicios al ciudadano.
Con posterioridad a la redacción del artículo que hemos reseñado en los párrafos anteriores, se aprobó por el Congreso y se promulgó por el Poder Ejecutivo, la Ley N° 32097 la que fue publicada el pasado 20 de julio. Dicha Ley dispone que el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, proporcione al Ministerio de la Producción la relación de los integrantes de los comedores populares y de las ollas comunes que tengan registrados, a fin de que sean capacitados “… en la formación de emprendimientos, que les permita constituir sus propios negocios”
Los representantes de los comedores populares y ollas comunes, podrán dar también los datos de sus integrantes al Ministerio de la Producción para su capacitación, que si también se hace enseñanza y entrenamiento en las escuelas, pues tendremos un amplísimo grupo humano, receptor de capacitación en novísimos emprendimientos. Se impone en consecuencia que el Ministerio de Educación amplíe la curricula escolar con la capacitación para los emprendimientos a los que nos referimos.
Me hicieron notar que al haber ingresado el mundo en que actuamos a la era digital, se impone que los alumnos y emprendedores a que hemos aludido sean también capacitados en las modernas herramientas informáticas cuyos programas los tienen hasta en los celulares, pues en caso de no hacerse, se les estará condenando a estar relegados respecto a quienes si tienen los conocimientos digitales.
Lo de los conocimientos digitales, en muchísimas oportunidades los ha reclamado para quechuas y aimaras el experto en tales materias y ex senador de la República: José Linares Gallo, empero en el Ministerio de Educación se han limitado a emitir simples informes, aunque sin tomar decisiones. Su sordera quizás requiera la consulta de algún otorrino. Penosamente el tiempo avanza pero sin las acciones que tiendan a igualar a todos en el partidor de las oportunidades.