En el Perú, muchas personas suelen ver palabras como "Una Franja, Una Ruta" en los periódicos u otros medios locales, pero la mayoría de los peruanos saben muy poco acerca de lo que realmente significa “La Iniciativa de la Franja y Ruta", por lo que creo que es necesario explicar un poco más sobre este concepto.
"La iniciativa de la Franja y la ruta " es la abreviatura de "La franja económica de la Ruta de seda" y "ruda marítima de la seda del siglo 21”. Desde su iniciativa en 2013 hasta el presente, este proyecto se ha basado plenamente en los mecanismos bilaterales y multilaterales existentes entre China y los países relevantes, y ha creado un milagro empresarial tras otros con la ayuda de plataformas de cooperaciones regionales y efectivas. "Una franja, una ruta" tiene como objetivo tomar prestados los símbolos históricos de la antigua Ruta de la Seda, mantener en alto la bandera del desarrollo pacífico, desarrollar y consolidar activamente asociaciones económicas con los países a lo largo de la ruta y construir conjuntamente una comunidad de intereses y de destino caracterizado por la confianza política mutua, la integración económica, la tolerancia cultural y la comunidad de responsabilidad.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta comenzó en 2013 y está previsto que concluya en 2049. En ese momento, todos los logros serán considerados como un regalo por el primer centenario de la fundación de la República Popular China. Al comienzo de su creación, la República Popular China aportó 40 billones de dólares americanos al fondo, y en 2017 se agregó 100 billones de RMB (equivale 14.3 billones de dólares americanos). El 18 de enero de 2016 se lanzó oficialmente el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura como un apoyo particularmente a este proyecto. Siendo el Sr. Lou Jiwei, el entonces ministro de Finanzas de la República Popular China, quien se desempeñó como presidente de la primera Junta Directiva. Se puede ver que China le dio gran importancia a esta causa.
Hasta marzo de 2022, 146 países o regiones han apoyado la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y 139 de ellos han firmado memorandos de entendimiento con la República Popular China. Perú se unió oficialmente en abril de 2019, convirtiéndose en el país número 19 de América Latina en sumarse al programa. De 2013 a 2022, el volumen total de importaciones y exportaciones entre China y los países relacionados con el proyecto alcanzó los 1910 billones de dólares americanos, con una tasa de crecimiento anual promedio del 6,4%; 380 billones de dólares americanos en inversiones bilaterales con los países asociados, de los cuales la inversión extranjera directa de China superó los 240 billones de dólares.
Sólo de enero a abril de 2023, la inversión directa no financiera de las empresas chinas en los países a lo largo de la “Franja y la Ruta” fue de 51.63 billones RMB, un aumento interanual del 17,3% (equivalente a 7.53 billones de dólares americanos). Invirtió principalmente en países como Singapur, Indonesia, Vietnam, Malasia, Serbia, Tailandia, Camboya, Emiratos Árabes Unidos, Kazajstán y Laos.
En términos de proyectos contratados en el extranjero, el valor de los proyectos contratados recientemente firmados por empresas chinas en países a lo largo de "la Franja y la Ruta" fue de 203.92 billones de RMB, un aumento interanual del 4,4% (equivalente a 29.74 billones), que representa el 50.2% de los proyectos contratados en el extranjero recientemente firmados por China durante el mismo período. Con una facturación completada de 158.05 billones de RMB, un aumento interanual del 11,9%; (equivalente a US$ 23.05 billones de dólares), representando el 54,9% del total en el mismo período.
En Perú, la gente común y corriente no comprende la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y los intelectuales tienen puntos de vista diferentes o incluso completamente contradictorios. Sin embargo, debido a que las noticias y otros medios controlados por el capital tienen participación de capital de Estados Unidos u otros países occidentales, a menudo recurren a presentar noticias negativas y calumnias maliciosas, de modo que difunden rumores como si fuera hechos. Algunos estudiosos comparan la iniciativa la Franja y la Ruta con el “Plan Marshall”; algunos medios exageran deliberadamente la teoría de la conspiración de que el Puerto de Chancay tiene “fines militares”; también hay rumores sobre las violaciones o incumplimientos de contratos por parte de ciertas empresas chinas. Es más, consideran que la compra de compañías eléctricas aquí por parte de empresas chinas es el deseo de los chinos de controlar el sustento económico del Perú. Estos comentarios extremadamente ridículos no pueden establecerse mientras se utilice la lógica de la gente normal para razonar. La razón de tales comentarios es simplemente porque el capital chino ha tocado el "queso" del capital de otros países occidentales, por lo que hay todo tipo de insultos como "te culpan, aunque no hayas hecho". No se descarta que efectivamente existan algunas manzanas podridas entre la gran cantidad de empresas de capital chino que han desembarcado en el Perú, pero ello no impide el sano desarrollo del plan "La Franja y la Ruta", e incluso las más descaradas no puede negar la importancia del mercado chino y la cooperación de China para el Perú en el cambio positivos de la economía y la vida en general de los peruanas. Los rumores se detienen en los sabios. ¿A caso dejarías de cultivar por ruido de los sapos?
Desde 2013, China se ha posicionado firmemente como el mayor socio comercial de Perú. Según el informe de este año de Juan Carlos Mathews, ministro de Comercio Exterior y Turismo del Perú: “En los primeros cuatro meses de este año, China seguía siendo el principal destino de las exportaciones peruanas, representando el 34% del total de las exportaciones del Perú al exterior, alcanzando los 12.8 billones de dólares americanos. Este trimestre las exportaciones del Perú a China alcanzaron los 75.29 billones de dólares americanos, un aumento del 6,6% respecto al mismo periodo del año pasado.” Sólo con los datos anteriores se pueden imaginar las oportunidades laborales que el comercio entre China y Perú ha traído al pueblo peruano. Hay cientos de miles de empresas con inversiones chinas en el Perú, estas inversiones obviamente están impulsando en el consumo y los ingresos fiscales, sin mencionar los enormes beneficios que traerá al Perú la finalización de la primera fase del gran puerto de Chancay que ha invertido miles de millones de dólares.
Como dice el viejo refrán: "El pueblo es la base de un país, pero el alimento es cosa primordial del pueblo". Si analizamos retrospectivamente la agitación política en el Perú a lo largo de los años, ésta se debe básicamente en un gran número de ciudadanos no puede satisfacer sus demandas básicas en alimentación, vestido, seguridad y a la grave polarización entre ricos y pobres. El gobierno no se centra en el desarrollo económico como su principal plataforma política, sino que pierde mucho tiempo en luchas entre partidos políticos. Debido a la comprensión distorsionada de la opinión pública y la libertad, la inversión extranjera se ha visto desalentada debido a una represión ineficaz contra el crimen. Sin un apoyo político eficaz para los empresarios locales y extranjeros que tengan el coraje de invertir en el Perú y crear empleos para el pueblo peruano, todos los buenos planes serán una pintada de pájaro en el cielo.
Tiempos difíciles se requieren las leyes más estrictas. Si el Perú quiere convertirse en un paraíso donde el pueblo goza la paz y riqueza en la tierra en un corto período de tiempo, inevitablemente pasará por un doloroso período de rectificación de alta presión. Algunas personas dicen que es imposible que Perú se convierta en un país desarrollado siguiendo la iniciativa "Una Franja, Una Ruta", pero yo siento que si el Perú ha cumplido o no con los requisitos de los países desarrollados, tiene poco que ver con China. La clave es que el pueblo peruano debería concentrarse en su forma de pensar y verdaderamente convertir al Perú en un país con un sistema económico autosuficiente. Los principales partidos políticos pueden buscar puntos en común reservando sus diferencias, con el desarrollo económico como objetivo principal, y al mismo tiempo establecer una base común. A la par, la necesidad de implementar un sistema de selección de funcionarios públicos con estricta supervisión. Este es el Perú que el pueblo y los residentes peruanos realmente esperan.
Chengzun Pan