Por Roberto Rendón Vásquez.
En medio de las colectivas preocupaciones, angustias, problemas y decepciones que vivimos por “factores” sociopolíticos que agobian a multitudes, estamos en el mes de carnavales que nos ofrecen un paréntesis para la alegría y la esperanza. Esta festividad la trajeron los cristianos y era como una liberación de las pasiones con la alegría y hasta el descontrol. Desde la antigüedad cada región ha creado su propia forma de celebrarlo y según sus ancestrales costumbres las ido fusionando con los festejos traídos desde el antiguo continente. Es común que en carnavales la generalidad – sin distingos – participe con agua (hasta colorida con airampo), globos, cascarones (cascaras de huevo rellenadas por agua colorida), harina, pinturas, mistura, serpentinas en medio de callejeras danzas, juegos, cantos y bailes y con bandas de músicos. Los conjuntos barriales o de amigos visten trajes típicos espectaculares y/o disfraces de personajes históricos desde la conquista española con las respectivas mascaras de impresionante hechura artesanal. Los personajes representativos carnavalescos son entre otros: el “ño carnavalón”, “rey momo”, “el clon”, “los negritos”, “el tucumano”, “el auqui. Los niños y jóvenes varones y mujeres, son los actores destacados. Nadie se exime de participar en los carnavales, pues los abuelitos con sus cantos y danzas nos entusiasman. Se termina con el miércoles de ceniza a la llegada de la Cuaresma en que el comportamiento debe ser sobrio.
Cada región peruana ha generado su propia forma de celebrar los carnavales hasta con la participación de varias bandas musicales. Somos un país espectacular e importante en fiestas carnavalescas con variedad de coloridos y festejos. Además, cada lugar tiene sus propios bailes y danzas que son inolvidables. Algunas son declaradas oficialmente Patrimonio Cultural de la Nación: Citaremos sólo algunas: Carnaval de Ayacucho, Santiago de Pupuja (Puno), San Pablo (Cusco), Abancay, Marco (Junín), Churcampa (Huancavelica), Tinkuy (Huánuco), Ichuña (Moquegua), Wapululus (Puno), Jaujino (Junín). No puede dejarse de mencionar los carnavales del Arequipa, Cajamarca, Catacaos, el Riojano, Loreto, Ayacuchano, Andahuaylas, Huaras y en cada departamento, sus provincias tienen carnavales con sus propias peculiaridades. Cada carnaval tiene danzas únicas, inigualables e inolvidables. Atraen, no por cientos, sino por miles a turistas nacionales y extranjeros. Los lugareños y paisanos de cada lugar, han llevado sus fiestas a las ciudades de su residencia habitual o de trabajo tanto en Lima como en países extranjeros donde, perfectamente organizados públicamente con bandas se exhiben bailando en compasas con vestimentas regionales peruanas y hasta hacen conciertos de música folclórica nacional y marineras (No olvido que en ciudades europeas cantaban: El cóndor pasa, el Pio pio”, El Provinciano, Contigo Perú, Ojos azules, Vlalicha, Contigo Perú, etc.). Me consta en Europa y Estados Unidos, por cientos de peruanos con vestimentas típicas desfilan en calles y plazas siendo objeto de admiración.
Fruto de nuestra fusión de culturas ancestrales nacionales con las traídas por europeos en el siglo XV, los africanos y otras culturas, los peruanos tenemos los inigualables carnavales con festividades coloridas y alegres que evidencian nuestra riqueza cultural y artística que se han convertido en centenaria tradición en cada lugar. La mayoría de pobladores desde la víspera salen de sus hogares para unirse en calles y plazas con vecinos y formar multitudes que de día y hasta muy de noche cantan y bailan, alegrando sin excepción desde los niños hasta los ancianos. Somos un país excepcional.
Son fiestas inolvidables. Se “cuenta” que desde las vísperas, vecinos de La Apacheta en Arequipa escuchan por las noches a los Lonccos Characatos que habían partido al oriente eterno, cantar su carnavalesca: “ … chácame, cháncame.- cháncame los hue … sos.- sino me los chancas, te quedas con ellos”.
¡Que el entusiasmo carnavalesco nos de valor para resolver nuestros problemas nacionales! Con la unidad y comprensión de estas fiestas, logremos que ellos se resuelvan inteligentemente. Luchemos contra la pobreza.